martes, 3 de enero de 2012

Writing my story


Cuando ella se marchó se lo llevó todo… su esperanza, sus sonrisas, sus ilusiones, sus sueños, sus deseos, su optimismo, su razón de ser y todo lo que le hacía estar vivo, así vagó un año entero llorando su llanto como un muerto viviente despertando compasión en sus allegados…
Que mujer podría tan poderosamente su alma y su corazón marcado, su casa comenzó a ser descuidada, las pinturas a caerse, una fina capa de polvo asentarse sobre las superficies, las telarañas crecieron en los rincones… la comida comenzó a escasear, su cuerpo medio muerto requería menos alimentos, su mente ya no completa no razonaba el daño que se estaba haciendo…
Así sus comidas fueron modestas, no eran calculadas, dejaron de ser equilibradas, viviese mas del aliento, del aire y del agua que de lo que su cuerpo cada vez más debilitado consumía, los desayunos habían desparecido, los mediodías eran reiterativos y poco nutridos, las meriendas se habían ausentados y las cenas eran hábilmente salteadas, la piel comenzó a pegarse a sus huesos y sus ojos a hundirse en su c ara, amplios moretones lo rodeaban, como un profundo abismo que desencadenaba en su alma, roja de tanto pensar en ella y llorarla… sufrirla… había fallado al intentar odiarla…
Como un autómata se acostaba por las noches pero sus ojos pasaban horas antes de conciliar el sueño, con desgana y sin voluntad se ponía de pie por las mañanas, el día transcurría monótono, sin acciones, tanto podía sentarse frente a una ventana y mirar el cristal o el cielo, como leer un libro y adentrarse un poco en una vida, que ajena a la suya, le recordaba el sabor y el sentido de estar vida… pero era temporal y hoja a hoja acababan regresándole a la realidad… realidad que concluía yendo a trabajar sin ningún sentido, solo por el de cumplir sus obligaciones en una sociedad que desaprobaba y con la que no estaba de acuerdo, así acudía día a día con sus responsabilidades, pero no era el mismo, nadie podía obviarlo, aun cuando se marchaba, su caminar era cuidadosamente seguido, era un hombre que estaba muerto, un corazón que ya no le permitía estar vivo…
La misma preocupación que aprisionaba las entrañas de sus compañeros al verle tan desmejorado, tan cambiado, tan lejos del chico amistoso y risueño que habían conocido, es verdad que a veces una broma arrancara una risa queda de sus labios, o despertara el indicio de el brillo de su ansiedad en aquellos tristes ojos, pero ningún estimulo era permanente, y cada vez más escasos y menos eficaces… se preocupaban verle tan desmejorado no solo en su alma si no en su debilitado cuerpo…
Cuantas veces sus manos habían tendido una parte de su propia ración de comida para alentarlo a recuperarse con poco éxito, y en los ojos de quienes lo querían era duro verlo, pues era ver nada más que un hombre muerto.
Su familia no pasaba mejor esa situación, sus visitas se habían vuelto ajenas y esporádicas, perdidas en comentarios que evitaban tocar los temas que de “ella” trataban, pero inevitablemente las observaciones a su desmejorada condición siempre apuntaban a lo mismo y nos e resolvía nada con ello…
Cuantas veces su madre salió a despedirlo a la calle cuando se marchaba mirándolo alejarse, y en su fuero interno preguntarse si volvería a verlo, cada día de aquel intenso sufrir de su hijo la consumía ¿cómo había logrado criatura en este mundo meterse tan dentro de las entrañas de aquel hijo suyo?

Pero aquel día se vio por vez primera en el espejo, había pasado un año…

Le asustó lo que vio, había despertado de un trance agudo aquel primero de enero tras brindar con su reflejo se dio cuenta que él… él aun estaba vivo… y lo que no te mata te hace más fuerte…
Miro su hogar venido a menos, y paso parte de la noche ordenándolo todo, al otro día se levantó de un brinco respirando agitado, acabo los quehaceres que había dejado pendientes el día anterior, visito a su familia que no pudo evitar comprender que algo era diferente, pero en los breves minutos que compartieron nada pudieron comprender, incluso en su trabajo vieron una energía diferente, una concentración diferente, una voluntad renovada que les recordaba a alguien perdido doce meces atrás…
Comenzó a cuidar sus comidas, a ejercitar y recuperar su cuerpo, este respondió al estimulo con alegría, sus piernas se endurecieron, sus brazos se fortificaron, su abdomen adquirió forma, y el espejo empezó a sonreírle al pasar y el a detenerse para observarse, era otro…
Comenzó a salir de verdad, no ensimismado como había hecho un tiempo atrás, no sumido, no entregado, no enredado en recuerdos que no dejaban a su mente volar… y el estaba volando una vez más… comenzó a ver que las miradas se detenían en él, y el comenzó a detener su mirada en otras personas, con el tiempo las miradas se cruzaron adecuadamente y su corazón palpitó una vez más…
Y sonrió con una inmensa felicidad, su alma comenzó a agitarse, el cuerpo había revivido, había superado su prueba, su propio desafío, y ahora, el corazón volvía a latir, todo comenzaba a estar bien, mejor que nunca, como siempre debió haber estado, y la sonrisa volvió a los labios de aquel muchacho enamorado…
Los días se trascendieron unos a otros, aquel cruce de miradas desencadeno una charla, aquellas palabras murieron intensas en un baile agitado, donde ambos cuerpos fuertemente pegados se rosaban, se iban entregando al frenesí de los deseos que comenzaron a quemarles desde dentro… y una noche como cualquiera durmieron juntos… y tras esa noche las siguieron muchas otras…
Comenzó a vérseles caminar por la playa así apretara el frio y soplara el viento, cuando el calor comenzaba a despertarse con las estaciones disfrutaban del agua de la bahía, y luna tras luna la llama en su interior crecía…
Ella se mudo a su casa, y el dejo de sentirse solo, su espejo comenzó a mostrar dos sombras en vez de una, su cama entibio dos cuerpos y su mesa sostuvo el doble de comida… y así cada cuarto, cada habitación comenzó a tener su propia vida, comenzó a llamarse hogar aunque el mismo pareciera, al principio ignorarlo…
Su compañera parecía quererle de una manera que el no lograba entender del todo, y había muy poco tardado en notar sus extravagantes delicias, y la primer noche que regreso tarde y la hallo con una cena caliente en la mesa su corazón pareció crecer cinco talles dentro de su pecho y estuvo seguro que este podría haber estallado…
Ella estaba allí, entre aquellas paredes, y donde otros podrían haber concebido una prisión ella descubrió el Edén… siempre presta a recibirle cuando volvía cansado con una palabra tierna, con una caricia, con un beso, con su sola presencia… y el anhelaba aquellos regresos, y comenzó a duplica sus esfuerzos al trabajar, al salir con ella, a vivir…
Consiguió su asenso y festejaron juntos, comenzaron a salir, a viajar, al nacer el calor del verano y el frío del invierno, nunca era seguro a donde habrían de marchar, pero cuando el calor o el frío llegaban el auto nuevo comprado aquella estación de llenaba de bolsos, buenas intenciones, muchas ilusiones, gran cantidad de esperanzas… se llenaba el tanque y se partía conociendo muy rara vez el destino que tendría su andar…
Y la mujer lo veía feliz y sabia que ella lo hacía feliz y eso la alegraba a ella, sabía que él salía poco si no era con ella, sabía que su vida carecía de sol sin su presencia, y comprendió lo valiosa que era para su vida y comprendió la responsabilidad que representaba ser tanto para u hombre y consciente de eso cuido de él.
Y la hizo su reina, se pegaba a ella atendiendo hasta el ´último capricho cuando la hallaba enferma, velaba su salud en la oscuridad de la noche o el brillo del día, y ya recuperaba no dejaba que respirara lejos de su aliento, y lo que otros llamarían opresión ellos comenzaron a llamarle dicha…
Y sus almas comenzaron a entenderse y llevarse tan bien que acabaron fundiéndose en una sola, y la ausencia del uno comenzó a representar verse incompletos a si mismos, y si las obligaciones de la sociedades no lo impusieran ocasional jamás se los hubiera vuelto a ver separados. Y de la fusión d dos e seres que lograron unirse nació nueva vida…
Las dos niñas que ella engendro fueron para el una revelación, jamás hubiera visto su mujer aquella mirada al sostener las niñas, y hubiese jurado que sería la misma mirada que tendría dios al mirarnos desde el cielo, pues ni una mota de impureza había en el amor de aquellos ojos que miraban el anhelo ferviente de su corazón… amo a sus hijas más que su propia vida y amo aun más a la mujer que le había dado vida a sus hijas y razón de su amor…
Y la tierra misma hubiera parecido cambiar aquella estación, aquella primavera, cuando en su seno revivían las cenizas de un amor muerto a hace milenios, un amor fuerte, intenso, puro, quizás el último que se viera en muchos milenios más… y la tierra sonrió para si… aún no todo estaba perdido…
Ambos estaban sentados en una plaza aprovechando un día especialmente cálido mientras la niñas correteaban bajo la aprensiva y devoradora mirada de sus padres, él las amaba demasiado como para permitírsele descuidarlas un segundo, y ella más que como madre las amaba, porque lo amaba a él, y ellos eran lo que la habían hecho dichosa desde aquella ves que le había conocido… incluso notó cuando el desviaba la mirada… lo sintió en el aire como una honda fría, como un temblor, como si el mundo pudiera terminar en un segundo, jamás había sentido eso junto a él que tanta seguridad le había dado… fue cuando siguió sus ojos, que ya no estaban en las niñas que pareció comprenderlo todo de golpe…
Una pareja discutía no demasiado lejos, un niño lloraba entre ellos, presumiblemente el hijo, aferrado a l piernas de su madre, la discusión creció hasta que no pudo contenerla, y el carácter agresivo que aquella mujer conocía muy bien en aquel hombre acabo resultando en la descarga de un zendo golpe que partió su labio tumbándola al piso, y muy lejos de generar remordimiento aquello parecía haber incitado un placer interno en aquel salvaje.
Casi deseo que los brazos de su pareja la envolvieran, odiaba aquellas escenas, él nunca la había golpeado en su vida ni a sus hijas, ese era él, pero ya no quedaban personas así, y llamo a  sus hijas cuando lo vio levantarse y dirigirse a la situación justo a tiempo para sostener el brazo poderoso del otro hombre cuando amenazaba descargarse sobre la mujer una vez más sin comprender que en su trayecto se hubiera atravesado el niño…
El golpeador intento saberse pero la mano que lo sujetaba era fuerte y firme, y no es que el no lo fuera, pero había demasiado seguridad en quien lo sujetaba, aún así alzo su mano libre e intento golpear al intruso, este volvió a  sujetarlo dándole un pequeño empujón para apartarlo de la chica y el niño. El hombre se abalanzo completamente cegado por la furia, pero erro sus golpes, sin embargo recibió dos sendos impactos que lo dejaron tumbados sobre el polvoriento piso, adolorido, incapaz de levantarse por varios minutos hasta que los calambres del estomago cesaran…

-Quizás ahora entiendes como se siente una mujer al enfrentarse a alguien más fuerte cuando la humillas y la tiras al piso, si veo que lo haces una vez más continuare golpeándote cuando estés en el piso como intentaste hacerlo tu

El hombre del piso lanzo un gemido, no pudo hacer mas, y el salvador tendió su mano ayudando a la joven cuyo hijo lloraba al ver allí a sus padres lastimados, estaba confundido y no sabía qué hacer, pero el salvador de su madre le inspiraba no solo respecto, si no afecto, su memoria infantil juraría recordarlo, como si su sangre le dijera que aquella persona era importante para el…
La mujer se levanto y dio las gracias, el tranquilizo al niño refregándole el cabello y mandándolo  jugar con sus propias hijas unos momentos, mientras sacaba de sus bolsillos un viejo pañuelo y lo usaba para secar y contener la sangre que aun brotaba de los labios de la muchacha, su mujer a la distancia no había perdido un solo detalle de la escena, jamás lo había visto golpear a nadie, pero no dudaba que aquel tipo tirado en el piso se desquitaría con la chica más tarde  ¿ habría hecho bien en intervenir?

-¿Estás bien? - Preguntó él
-Si, gracias – respondió ella, y lo miró a los ojos

Jamás en su vida ese hombre ni esa muchacha habían olvidado los ojos que tenían ahora frente a si, ojos que en el jolgorio de otras épocas perdías en tiempos remotos habían sido la prisión y libertad de sentimientos que, al menos uno de ellos, nunca había vuelto a sentir… él sonrió
Su sonrisa lo dijo todo, ella lo supo, el lo había comprendido, ella no lo había olvidado, no del todo, nunca había sido igual sin él, aquel chiquillo quizás demasiado maduro para ella en otros tiempos cuando aun quería disfrutar de la vida que tenía por delante y el… el parecía sin interés en disfrutarla… no lo había reconocido hasta verlo a los ojos, hacia años, muchos años que l no le llamaba, que la esquivaba en la calle cual si se hubiera hecho invisible, incluso en alguna oportunidad en que los aludo en no había respondido, ella sabía que después de aquella profunda reflexión, un primero de año, había muerto para él, hasta ese día…
Estaba increíblemente confundida, había acabado por entender que lo había lastimado, que lo había herido que nunca volvería a ser suyo, y él la había decidido castigar ignorándola, cuentas veces lo había llorado presa de su inmadurez, comprendiendo los errores tardíamente, cuantas veces había acallado el sentir de sus emociones en otros hombres con resultados poco deseados, como había sufrido con quien estaba cada ves que este le levantaba la mano, y eran muchas, por la menor estupidez, recordando que había dejado ir de su lado alguien capaz de haber dado su vida por ella cuando este había estado a punto de quitársela… y ahora él frente a ella le demostraba que aún la veía, aun vivía… y en sus ojos el brillo del amor que ella había despertado en el corazón del hombre nunca se había apagado… aun la amaba, o quizás ella había fantaseado demasiado con esto y sus propios ojos la engañaban…
Y el lo entendía todo, sin palabras, como siempre había sido entre ellos…

- Me ayudaste, gracias

Su expresión sincera trataba de hacerle ver que ya no podría finir que no existía, que ya no la quería cuando ella estaba segura que aun la amaba pero su respuesta lo dijo todo

- Si no lo hubiera hecho, hubiera golpeado al niño, y un niño no debe aprender que un hombre puede golpear a una mujer solo por ser más fuerte, siempre lastimar a alguien que es más débil está mal, y aun pero no arrepentirse, aún peor disfrutarlo

Y ella lo entendió, de la misma manera que ella lo había lastimado en otros tiempos cuando era muy débil para defenderse, demasiado inexperto pese a su madurez, aun cuando ella se había sentido niña a su lado, demasiado joven y el demasiado viejo nunca había comprendido que el era débil, que el dependía de ella, que él la necesitaba, que al irse lo había lastimado llevándose todo con ella, el sonrió y se alejo ella lo llamó para devolverle su pañuelo…

-Quédatelo, Nunca supe como devolvértelo, no volvía verte después de aquel día, y no volveré a verte después de hoy

Ni siquiera la miro al decirlo, nos e dio vuelta, no le importo verla llorar con aquel pañuelo que ella, años atrás le había confeccionado y regalado, ella no podía entender que el aún la amaba, pero en su corazón al irse dejo un vacío que ya había sido llenado con su mujer y sus dos hijas, personas que el amaban, y que le habían devuelto una vida

Se marcho de la plaza, con su mujer y sus hijas que lo amaban, y aunque la cruzo muchas veces… nunca volvió a verla…

Kevin Heves Maranetto Vranich

03/01/2012

5 comentarios:

  1. Me gusto.... .... final feliz.. aunque a ti no te gustan asi supongo... :)

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  2. Oye yo no sabia que ya te habias casado y que tenias hijas.. :)...como pasa el tiempo de rapido!!!! jajaja

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  3. tu crees que es un final feliz? yo no lo veo nada feliz, solo e suna infinita tristeza disimulada :)

    jaja y como dice el titulo, si voy a escribir mi historia porque no ponerle un final lo mejorcito posible ¡no?

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