lunes, 23 de enero de 2012

Siguiendo al corazón


Ella era poco mas que una niña el día que se enamoró de él, y él ya era un hombre de mundo, cauto, precavido, silencioso pero que sabía tener un carisma encantador cuando se lo proponía, y ella se enamoró ciegamente sin saber que era el amor, aún así se enamoró…
No tardó mucho el joven al comprender lo que la niña estaba sintiendo, y no quería lastimar sus inmaduros sentimientos, no podía apartarla de si bruscamente y le había tomado el mismo afecto que un padre profiere a sus hijos, y fue de esta manera que intento mantenerla cerca y a la ves salvaguardar la distancia.
Como sabría él que aquella tarde que la levanto en brazos jugándole una broma ella se sintió alzada al cielo, y que las miradas que intercambiaban por accidente para ella eran un presagio de un amor mutuo, mal quiso el destino que fuera el chico de labia habilidosa y su hablar la cautivaba, cada ves que la prosas de sus palabras brotaban de aquellos labios finos ella se sentía identificada.
Sin quererlo poco a poco dejó de ser un amigo y ella idealizándolo lo transformó en su príncipe azul, el se sentía casi como un padre para ella, era una hija que no tenía y le profirió afectos y atenciones, cuidados y consejos…
Como un padre le explico como distinguir buenos hombres de aquellos que no lo son, le enseño los beneficios de una instrucción completa, los perjuicios de una sociedad entregada a los vicios… le enseño lo bueno y lo malo así como sus padres habían hecho con él lo hizo él con ella…
La reprendió severamente cuando la supo escapada de sus estudios, se disgusto el día que comprobó había realizado alguna travesura, se molesto cuando ella falto a su palabra, el día que la vio con aquel cigarro en los labios dejó de dirigirle la palabra todo una semana y ella jamás volvió a tocar otro… así se lo prometió…
Fue difícil ir comprendiendo la vida de aquella niña desdichada, más al amparo de sus abuelos que de sus familiares más cercanos, que dolorosos momentos le trajeron enterarse que el padre descansaba sus huesos en prisión por ser ágil con las manos en lo ajeno, la madre había buscado subsistir con honradez pero la pobreza los había azotado duramente, su hermana, apenas dos años mayor había comenzado a obtener dinero a través de su cuerpo, su hermano menor ya había sido sorprendido varias veces siguiendo los pasos del padre…
Como explicarle a ella porque lloró con tanta amargura aquel día a fines de un enero caluroso cuado al abrazaba con fuerza, como explicarle que el dolor que su alma hacia arder no la hacia a ella culpable, mas la niña que iba creciendo dejaba también crecer su amor, y se aferraba a aquel abrazo como un destino que se acerca, que se aproxima, como un fin que se alcanza lentamente….
Y fue a esos brazos a los que ella acudió llorando una noche fría de invierno, el sorprendido la tranquilizo con el arrullo calmo de su voz, preocupado ante el temblor espasmódico que envolvía su pequeño cuerpo, que duras, que tristes, que amargas aquellas palabras de la niña cuando le relataron que acababa d ser abusada por uno de los clientes de su hermana…
Como decir, como explicar la furia mal contenida de ese muchacho al tenerla frágil y herida entre sus brazos, como explicarle que el no podía volver el tiempo atrás ni remediar lo ocurrido, como podría el mismo olvidar el sonido de su vos al contarle el atroz momento que había pasado escasos instantes atrás…
Cuando ella, asustada, dolida, lo besó, el no reaccionó, no pensó apartarla de si lastimada como acababa d describirle que se hallaba, la dejo hacer en silencio, cauteloso, la llevo a su casa, hablo con su madre que poco o nada le creyó, y su frustración creció, y en su mente anido la única duda posible ¿como apartarla de todo aquello?
Antes de morir aquel mismo mes regreso ella a su casa una tarde igualmente fría, temblorosa, había huido de los mismos chicos que intentaron acosarla de camino a su casa, no sabia donde correr y sus pasos la habían llevado al hogar de su protector, y una ves mas mojo ella sus labios en los de él, y la dejó hacer…
En algún momento de los meses venideros la niña comenzó a hacerse mujer, y ese amor de padre se hizo amor de amantes, ese amor de niña maduro, se fortaleció, se hizo un amor fuerte, intenso y adolescente, y el se aferró a ese amor alejándola de todo el mal que la rodeaba, la aparto tanto como sus fuerzas lo hicieron posible, hasta que un día… falló…
Llegó una amiga nueva a su vida, a él no le había caído bien desde el primer momento, algo en ella alertaba sus sentidos, sin embargo, la chica, ya su novia, formo una rápida amistad, y cuanto mas se acercaba a esa chica mas la sentía alejarse de él…
El amor que sentía dejo de llenar su cuerpecito frágil, comenzó a buscar otras emociones y a probar otros labios así como su compañera hacia, comenzó a idealizarla a ella y el quedo atrás, un día llegó a decirle adiós, y no volvió a verla… no a verla como la había visto…
Solo unas semanas después la cruzo en la plaza, el cigarro entre sus dedos despedía un humo blanco que se desvanecía en el aire, cuando unos meses después la vio bailar con otro en una fiesta noto que el color de sus mejillas delataba el exceso de alcohol en su inocencia, unas botellas descorchadas donde ella se había sentado confirmaban lo que ocurría… y la vio una ves mas, medio escondida a la salida de un boliche, comprando algo que prefirió no saber que sería… luego decidió ya no saber de ella…
Un día, vienes a la madrugada, una mujer llamo a su casa, era la madre de la niña, algo desesperada, su hija llevaba ya dos días sin aparecer y quería saber si la había visto, negó con la cabeza teléfono en mano antes de hacerlo con su voz, colgó, y comenzó a preocuparse, esa sensación de apremio había comenzado dos días atrás sin saber a que podría deberse, ahora lo sabía…
Ese día no fue a trabajar, ni el siguiente… ni ningún otro…

o-o-o-o-o-o-o-o-o

La chica despertó en la camilla de un hospital, estaba confundida y no muy segura de que había pasado, sobre su regazo descansaba la cabellera de su madre, que llorando, exhausta, se había dormido rezando por su mejoría…
Trató de recordar… se había juntado con unos amigos a mitad de semana, habían bebido un poco y quizás algunas cosas más… luego de aquello todo se volvía una nebulosa… recordaba un lugar con arena, recordaba árboles… recordaba un hombre sobre ella y escuchaba su propia voz gritando de dolor…
La enfermera al entrar despertó  la mujer que dormirá, que lloro de infinita alegría al ver su hija sana y despierta, cubrió de besos su rostro y de palabras tiernas… pero no tuvo respuestas cuando preguntó que pasó…
La mujer que vestía de blanco miró con cautela lo sucedido y ambas la miraron a ella, la jovencita anhelante de respuestas, la mujer, incapaz de contárselo… Así que algo titubeante se lo explico…
Tras el llamado aquel chico ignorado años atrás había seguido el instinto de su corazón y la había salido a  buscar, fuera quizás el destino, quizás un don divino el que lo guió hasta aquella playa apartada de la humanidad, con que describir el coraje que sintió en su sangre al verla abusada, eran los mismos que años atrás la habían ultrajado, de la que él sigilosamente la había apartado, como contener la furia que le enloqueció al ver esos chicos rodeándola y buscando el placer en la inocencia de su ser medio drogado
Cuando llegó sangrando con ella en brazos al hospital los enfermaron habían corrido a socorrerlos, ella no estaba tan mal, el reposo seria suficiente para que su cuerpo sanara, su sangre se limpiaría de las toxinas algo mas lentamente, estaba a salvo…
Él era una historia diferente, la furia lo había segado al rescatarla, al primero de los hombres le tomo desprevenido y le quito del camino sin inconvenientes, el segundo había empuñado rápidamente un arma blanca y se la había hundido bajo el vientre, pero no pudo con ello detener la salvaje envestida del muchacho, el tercero, asustado, empuño el revolver y disparó, para cuando jalo el gatillo por segunda ves el ya estaba sobre él doblegándolo, sabia que le había dado pero no sentía dolor…
Cuando los tres habían quedado tendidos, inconscientes, quizás muertos, la liberó, la tomo en sus brazos, y casi arrastrándose llego al hospital… esa misma noche dejó de sufrir…

o-o-o-o-o-o-o-o-o

Depositó una bella flor sobre el lecho terroso, acaricio con su dedo índice las letras que formaban de un brillante dorado el nombre del ser que ella había amado y que como ningún otro jamás la abría amado a ella, sus lagrimas regaron tristeza por sus mejillas y se disculpó alzando su voz al cielo
A su lado la llamó un niño vestido de blanco

-Él ya te perdonó, no te culpa por haberlo dejado, ni por haberte marchado, te perdona por romperle el corazón, por haberte apartado del buen camino que te enseño, no te culpa porque le dejaste solo llorando tu amor, el te perdona, te perdonó de todo corazón, si no nuestro padre no habría podido guiarlo hasta ti, no podría haberle enseñado el camino para llegara  tiempo y salvarte… Dios confía que aprendiste tu lección…

El niño salió corriendo y… despareció…

Kevin Heves Maranetto Vranich

23/01/2012


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