martes, 1 de diciembre de 2020

Decide, nadie lo hará por ti

 Uno, en la vida, se crea sus propios demonios: fantasmas de cosas que creyeron los demás de nosotros, encarnaciones de cosas que uno creyó y nunca confirmó, historias que creamos para justificar aquello que no entendemos... O que normalmente no queremos entender...


A veces tu pareja llega a casa y olvida saludarte, se da una ducha y se va a dormir sin preguntar cómo estuvo tu día, y es más fácil pensar, para defendernos, para justificarnos, que quizás se vio con alguien, maquinamos una aventura con tantos detalles que llegamos a creernosla como si la hubiésemos visto pasar, cuando en realidad sería tanto más fácil que fue un día duro en el trabajo, quizás cometió un error o recibió un regaño de un superior, un mal clima laboral, un trabajo inconcluso... Sin embargo... En nuestras mentes, todos son culpables hasta que demuestren lo contrario...


Y así, la oscuridad que a todos nos habita crece. Con miedos y suspicacias. Dicen que la confianza se gana durante años y se pierde en solo un segundo ¿Realmente debe ser así? ¿Es justo por un error tirar tanto esfuerzo y sacrificio?


Nunca te sentaste a comer, frente. A tu pareja, y te preguntaste ¿Que sentirá por mi? O aún más triste ¿Que siento yo por esta persona?


La respuesta, quizás no grata pero real, es que sienten lo que quieren sentir, no en ese espacio de tiempo, si no el cúmulo de deseos sentidos. Si ayer decidiste decepcionarte que el no se quiso sentar a ver tu novela, la que han visto ya tres temporadas, o si elegiste enojarte porque  ella ayer quemó el desayuno cuando lo preparó perfecto todo el mes. Si el día anterior notaste que una prenda quedó sin doblar sobre la cama y preferiste frustrarte en ves de pensar que nunca pasó hasta entonces, o fue mejor para ti rabiar porque aquel interior estaba fuera de la cesta de cosas sucias en ves de ver qué está vacía porque el día anterior colaboró lavando la ropa... 


Y así el día anterior a estos, y a los que les precedieron,  optaste siempre por ver el error tras tantos aciertos, como puede asombrarte que tras tantas noches de pasión te duela una de frialdad, tras tantas palabras de amor te incomode aquella llena de disgusto. Si hemos enseñado a nuestro corazón que una mancha, por pequeña que sea, en una pared blanca, hace que está ya no sea una pared blanca, si no una pared manchada...


La cultura creada con la idea de que años de esfuerzo se pierden en un pequeño error es comprensible, pero condenatoria.


Si quieres una vida feliz, una de verdad exitosa y de provecho, una de la que estés orgulloso cuando los años te postren en una cama para exhalar el último aliento... Olvídate de vivír así, perdiendo tanto a tan bajo precio...


Vive pensando bien de ti mismo, acepta tus errores porque todos los tenemos, pero admira tus virtudes y engrandecerlas sin ser soberbio... 


Has lo mismo con amigos y familiares, enséñales a ver el mundo de esta manera, enséñales a hallar la verdadera felicidad...


Cuando tengas una pareja en tu cama, comparte esto con ella. Acepten que se equivocaran, que la comida se quemara, que las cosas no estarán siempre en su lugar, que habrá días sin un beso o una palabra de amor. Pero que aquello que ustedes decidan ver en sí mismos y en el otro diariamente será lo que construya el sólido sentimiento que... O los mantendrá unidos, o los separara inevitablemente...


Solo de ustedes depende... De lo que quieran y decidan sentir... Porque eso, otrora tuvo un nombre... Decían que era tan poderoso para mover montañas...


Le llamaban "FE"


KEVIN HEVES MARANETTO VRANICH

01/12/2020