Él estaba sentado en la arena mirando las olas agitarse, el
sol perezoso dirigirse al horizonte, las aves pasar, el viento silbar, las nubes
crear escasas sombras sobre el agua interminable ante sus ojos… su mente estaba
muy lejos, quien sabe donde, en otro tiempo, cuando aquella vista era apreciada
por otro par de ojos a su lado, y se sumía así aquel muchacho en sus ondas y profundas
reflexiones dejando el tiempo pasar perezoso y sin ninguna prisa… ni siquiera
se percató que ella lo observaba…
Y llevaba mucho tiempo haciéndolo, aquella tarde lo había visto
sentarse junto al romper de las olas cuando el sol estaba muy alto para que
fuera conveniente ponerse bajo sus rayos, y vio su propia sombra irse moviendo
en la dirección contraria al astro del cielo, y ahora con la tarde muriente en
el borde mismo del firmamento continuaba abstraída en sus contemplaciones…
Ella lo quería, hacia días que lo quería, meses y quizás años,
habíase perdido la cuenta de cuantos suspiros había derramado al nombrarlo, al
conciliar pensando en sus ojos los sueños, sin embargo él nunca había demostrado
hacia ella ningún cariño…
Hacía ya mucho que sus amigas se habían dado cuenta, y quien
sabe en qué momento alguien se lo dijo a él, pero su respuesta fue efusiva, no dijo
que ella no le importara, no dijo que le desagradara, incluso le habían dicho
que le parecía bonita… pero nunca se había acercado a hablar de ello, la había continuado
saludando de la misma manera al cruzarse, casi ni le permitía ver sus ojos,
aunque atisbaba una sonrisa en sus labios cada vez que el destino, poco casual,
cruzaba sus caminos, pero él nunca había llegado a ella decidido a hablar de lo
que sentía y resolver sus complejas emociones, y para la muchacha la única explicación
de ello era que el chico no estaba interesada en ella, sin embargo no lograba apartarlo
de su mente, no sin oír que no le interesaba de su propia boca…
Era un chico extraño, ella lo sabía, pero eso era lo que lo hacía
diferente y lo que daba esa magia a su ser que ella tanto había querido poseer,
se sabía muy poco de él, era mucho lo que se rumoreaba pero poco lo que podía decirse
a ciencia cierta, nadie ignoraba su corazón roto en un amor algo atrás en el
tiempo, que lo había marcado, y de la noche a la mañana, al perderla, el mismo
se había perdido…
No se le conocían más mujeres que aquella, aunque nunca
faltaba la que decía haberlo poseído en alguna noche de frenesí, sin embargo nada
de eso parecía cierto, solo parecían rumor de haber poseído aquel extraño
personaje de la ciudad, que se había creado sobre sus propios hombros una
leyenda difícil de sostener, pero el parecía soportar el peso de aquellos
rumores mirando el romper de las olas…
Cuando se dio cuenta de lo que hacía era ya muy tarde,
estaba parada junto a él y se sentía completamente cohibida, él la había visto
llegar, pero no había dicho nada, ella se sentó a su lado y casi pensó haber
visto un cambio en su expresión, como si ya no mirara el horizonte, como si
ahora mirara un poco más allá…
Aguardó en silencio unos minutos dándole la oportunidad de
hablar a él, era impropio que una chica comenzara
a hablar de estas cosas y sus insinuaciones habían sido demasiado claras para
todo el mundo no podía no haberlas notado, sin embargo continuo en silencio, respirando
pausadamente, y ella no pudo evitar pensar cuanto le atraía de él que fuera así,
otros ya hubieran entendido sus insinuaciones y se hubieran aprovechado de sus
deseos, y en no mucho tiempo aburridos y apaciguados los mismos la habrían
dejado como le había sucedido a todas sus amigas más de una vez, el era el único
que parecía nos era si ¿sería quizás realmente diferente a los demás?
-¿Por qué no me hablas? – preguntó al fin
-Tampoco tu me habías hablad – respondió
-Sabes a lo que me refiero
-dímelo, dime a que te refieres-respondió lentamente y la
miró a los ojos ella no pudo sostener esa poderosa mirada y bajó la vista
-mis amigas te han dicho que me gustas, tu le has dicho que
te parezco bonita, pero si eso es verdad ¿Por qué nunca te has acercado a mi?
-por la misma razón que tú no te acercaste a mi pese a que
te gustaba – y regresó la mirada al horizonte
-Pero se supone que el hombre debe…
-Se suponen muchas cosas –la interrumpió – el hombre es
quien debe invitar a bailar a la mujer ¿Por qué? Si la mujer quiere bailar con
un hombre que ella lo invite. Se supone un hombre es quien debe expresar lo que
siente a una mujer ¿por qué? Si la mujer siente algo debe expresarlo, no debe aguardar…
Se supone que uno hace una promesa y debe cumplirla –su voz se entristeció mucho
al decirlo – se supone que si uno jura algo debe cumplirlo… yo he visto
promesas rotas y juramentos quebrados, porque debería abstenerme a lo que se
supone que esperan de mi… ¿también debo engañar a una compañera, el día que la
tenga, solo porque es lo común en los hombres? ¿también debe importarme más el
futbol que mi futura pareja? ¿es necesaria que me fije en las curva de su
cuerpo como hacen todos? ¿Acasos e supone que debo ser igual a los demás?
-Yo no dije eso
-Pero esperas que haga lo que los demás hombres hacen
Quedaron sumidos en un silencio profundo, el sol comenzó a
introducirse en el agua con sus hermoso destellos naranjas bañándolo todo, era
algo hermoso de contemplar y las expresiones de él cambiaron, una dicha muy
grande se mesclo con una tristeza infinitamente profunda… ella sintió que había
sucedido algo muy especial en aquel lugar y quiso saber que era…
-¿Por qué vienes aquí y miras el atardecer casi todos los días?
El se tomo su tiempo en responder, se notaba que no podía hablar
en aquel preciso instante, cuando lo hizo su vos sonaba herrumbrosa, como si
llevara mucho tiempo sin decir aquello
-a veces - murmuro – tengo la esperanza que el sol toque el
agua, la evapore y este río se seque por completo… ¿suena muy tonto verdad?
Ella negó con la cabeza aunque le parecía una tremenda
idiotez, volvió a mirarlo como sus ojos estaban fijamente detenidos en el sol
que estaba a punto de ocultarse definitivamente, realmente parecía esperanzado que
el sol tocara el agua y la evaporara, ni siquiera podía darle sentido a tan
extraño anhelo, además de ilógico era absurdo, que ganaría si aquello sucediera…
Sin embargo vio muchas otras cosas que parecía no haber
visto nunca, el chico que ella tanto quería tenía una expresión mágica cuando
aquella mirada estaba en sus ojos, y aunque solo lo veía de perfil lograba entrever
el reflejo, y lo entendió de golpe, estaba enamorado de alguien más…
-ya lo entiendo-indico- es alguien más, nunca pensé que
fuera otra chica, siempre estabas solo…
-estoy solo, y no tengo novia ni nada que se le parezca –corroboró
el
-pero te gusta alguien que es lo mismo
-no, no lo es, ese alguien esta tan lejos de mi como el agua
del sol
-Es tu ex - comprendió- aun no la olvidas, por eso nunca me
buscaste, quieres volver con ella
Cuando él se giro una vez mas y clavó sus ojos marrones en
los ojos claros de ella quedó sin aliento, nunca podría volver a sostener esa
mirada de nuevo en la vida, pero ese atardecer pudo hacerlo, y quizás por ello,
quizás solo por ello el le dijo lo que le dijo
-no has comprendido nada, no quiero volver con ella, de la
misma manera que el sol no quiere esconderse tras el agua, pero no tiene
remedio, no puede evitarlo ¿que podría yo preferir en ella sobre ti? eres
bonita te consta por cuantos chicos te han propuesto sus sentimientos, tu pelo
es largo y no paso desapercibido que ha crecido desde que alguien te ha contado
que me agrada largo, tus ojos revelan un alma hermosa anidando en tu pecho, por
lo que se de ti tu corazón es grande y generoso, hasta podría arriesgarme a
decir que me quieres, dime porque si fuera justo contigo tendría que ponerte a
su sombra, porque condenarte a ti que mereces ser libre como la brisa del
viento a soportar un corazón lastimado como el mío
Ella separo sus labios para decir algo pero las palabras no
pudieron salir de ellos, los ojos de él seguían clavados en los suyos, cuentas
veces antes había soñado un momento similar y ahora allí, real, resultaba tan
perfectamente mágico que parecía solo un sueño mas, sintió el deseo de besarlo
pero no se atrevió, el podría decir que lo entendió, su mano se llevo a la mejilla
suave de la mujer y la acaricio con una ternura infinita, la mano de ella se
poso sobre la de él aprisionándola, con un leve gesto e inclinación e cabeza,
si era un sueño deseaba que no acabara, el si pudo hablar, aunque su voz ahora
estaba turbada, y en sus ojos comenzaron
brillar lagrimas difíciles de entender
-La razón por la que no te hablo es porque temo enamorarme
de ti, amarte quizás, eres demasiado hermosa y sería demasiado fácil que mi corazón
se sintiera a gusto contigo, que mis sentimientos volvieran a despertarse, que
volviera a depender de otra persona mi felicidad. Compréndeme, cuando confié en
una mujer esta me traiciono, cuando la busque me hizo falta, cuando la necesite
no la halle, cuando confíe en sus palabras las incumplió… dime de donde podría sacar
yo fuerzas para condenar a otra mujer a ese estigma, a convencerme que una
mujer es capaz de amar de verdad cuando vi una no hacerlo, a ser sincera cuando
vi a una mentir, como podrá una mujer
estar conmigo y prometerme quererme hasta el fin de los tiempos, y yo creerle,
si quien antes que ella lo hizo solo rompió mi corazón si e llevo consigo mi
felicidad para jamás volver… dime, ¿a que mujer podría y darle tanta
responsabilidad?
Ella se acerco a él y lo beso, el apenas respondió la
caricia de sus labios, pero había una tibieza mágica en el contacto que ambos
disfrutaron, cuando se aparto ella descubrió que el había cerrado un instante
los ojos, y tardo mucho en abrirlos, cuando lo hizo ella solo fue capaz de hacer
una pregunta
-¿Y porque supones que yo seré como ella? - Él respondió con
una sonrisa…
Los pescadores dicen que la enorme bajante de aquella noche
se debió a que el sol decidió bañarse en el mar…
Kevin Heves Maranetto
Vranich
04/01/2012
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