jueves, 22 de septiembre de 2011

El soldado de hielo (Bitácora de un hermano)


Cuando aquel muchacho llego a la academia parecía uno más igual a todos los otros, uno de tantos que no saben lo que es la vida, ni el duro entrenamiento militar, ni el rigor de la autoridad, no tardo mas de unas horas en meterse problema, parecía ausente, su mirada perdida y no escuchó bien las instrucciones, así que su primer noche la pasó de castigo.
Sin embargo en solo una semana se notó que no era igual al resto, en solo 7 días su expresión de joven mimado se había endurecido con una frialdad pocas veces vista, incluso el general en su revisión diaria se detuvo frente a él y miro esos ojos que parecían odiar hasta el aire que respiraba. Se quedó un instante sin palabras antes de seguir
Ha pasado ya casi un mes, he tratado varias veces de entablar conversaciones con este chico, me inspira una increíble admiración, es el que ha adquirido mas rápidamente disciplina entre todos nosotros, y eso que llevo mas tiempo que él aquí, a diferencia de la mayoría parece amar lo que hace, u odiar todo lo demás. No he podido sacarle gran información, parece no querer hablar del pasado.
Ya ha hecho meritos y ni dos meses van, ya es líder de nuestro grupo, al menos le he caído bien aunque eso no hace que sea menos estricto conmigo que con los demás, sin embargo he logrado averiguar cosas sobre él, parece que oculta quien sabe donde una foto de un viejo amor suyo, y aunque al principio le había considerado un poco loco porque he notado que esos ademanes extraños que hace antes de dormir son que escribe imaginariamente algo. Noche tras noche lo veo usar sus dedos como lápiz y su mano como papel como si escribiese un cuento. Es una conducta de lo más extraña porque su bitácora está vacía y es lo único que le ha reclamado el general “jamás volveré a escribir sobre mi vida” le ha dicho a este cuando le indicó debía completarla regularmente
Importantes avances, en otro pelotón hay un antiguo conocido suyo, me ha contado que enamorado de una muchacha esta le ha roto el corazón y por ella se enlistó en el ejercito. No solo eso sino que acostumbraba de niño incluso narrar sus vivencias en un diario, este diario se lo habría dejado a ella al partir hacia aquí. Es de todos nosotros quien más futuro tiene en la fuerza espero que estos traumas suyos de escribir imaginariamente en su diario no le impidan hacer carrera…
No sé cómo demonios ha conseguido tantos honores, solo llevo un año y medio aquí y él en seis meses tiene el doble de condecoraciones que yo. Es el más avanzado de todos los grupos, verlo en los entrenamientos físicos es alarmante, parece que nunca se cansara, que nunca pudiera detenerse, como si quisiera exigirse hasta exhalar el último aliento y morir. Los propios entrenadores han debido detenerlo varias veces, creo que temen le de algo a su recluta estrella
Es increíble van a mandar un escuadrón de avanzados a un frente de batalla y lo han seleccionado a él, es ilógico no lleva ni un año aquí dentro
A regresado, he sido al único que ha saludado, es increíble como ha cambiado en tan poco tiempo, en sus ojos brillaba la mirada de un acecino, cuentan sus compañeros que se ofreció voluntario para cada misión que se presentaba y que salvó al menos a tres compañeros en el campo de batalla. Le han dado condecoraciones pero estas han parecido no importarle, veré si puedo hablar con él.
No estuvo ni una semana aquí y ya partió en otra misión, según conto el general el mismo pidió para ir a algún frente donde pudiera ser útil, sus palabras fueron “aquí entrenando no sirvo de nada, allí si no salvo una vida al menos puedo dar la mía por este país” no creo que lo haya hecho por patriotismo pero ha convencido al alto mando de ser enviado, aunque se ha ido justo el día que escuche habían llamado buscándole
He terminado mi entrenamiento, me enviaran al fin a la batalla
Maldición, no tenía idea lo que se sentía estar en medio del combate, tu vida no vale nada, las balas pasan a  tu lado, puedes morir en cualquier momento, te arrastras como un perro para que no te maten, y cuando disparas, sabes que del otro lado alguien muere, y tu eres culpable de eso, ¿cómo se duerme con esto?
Hoy he tenido una alegría, mi viejo amigo ha venido a nuestro escuadrón, y no como recluta si no como líder de grupo, me a reconocido de inmediato, hablamos pocas palabras y me dijo “cuídate” viniendo de él eso es mucho
Es magnífico, yo había oído hablar de sus hazañas pero verlo en acción fue algo de otro mundo, su vos imperativa (casi nunca le había oído más que en cortas charlas) da órdenes claras y precisas, es astuto, se mueve por el campo de batalla como si le conociera de memoria, cuando dispara parece saber donde están los enemigos, el ha matado tantas personas como el resto del escuadrón junto, y ya le salvó la vida al más joven de equipo arrojándose sobre él y evitando que le volaran la cabeza.
Soy un miembro estable de su propio escuadrón, me ha elegido diciendo “se que en él puedo confiar” y nadie le ha dicho nada, ha conseguido en estos casi tres años lo que otros soldados no logran en su vida, tiene tantos emblemas en su uniforme que podría pedir un trabajo de escritorio el resto de su vida, se lo han ofrecido, pero el necesita estar en medio de la acción, y me quiere a su lado para eso, para mí es un honor
Endemoniada bala la que me ha destrozado el hombro, y si no fuera por el me habría atravesado el corazón, todos los reclutas quieren estar en su escuadrón, recibe menos de la mitad de bajas que los demás grupos. El siempre está allí con un ojo sobre ti salvando vidas, luego de salvar la mía se ha metido en un edificio ocupado por esos endemoniados, debe haber habido más de diez, el ha salido ileso con solo rasguños, dos rehenes y una mirada de odio indescifrable
Lo que ha pasado hoy es increíble, primero esa tonta reportera en medio del tiroteo como si fuera fuegos artificiales, me ha parecido que él la miraba o miraba la cámara, le ha dado un escalofrío como si tuviera miedo y ha mandado a retirarlos de allí, le he preguntado qué pasaba y no a respondido pero por la noche insistí, he quedado mudo con sus palabras “ella me vio”
Hoy ha escuchado los sobrenombres que le han puesto los nuevos muchachos y a parecido no inmutarse, al principio, le han dicho hombre de acero, mano dura, dios de la muerte y corazón de hielo, este último le ha hecho reaccionar y tras golpear al recluta ha preguntado cómo le llamó y a repetido “hombre de hielo”, no he entendido nada y cuando hable con el muchacho me explicó que no podía mencionarse el corazón en ningún apodo y él se había descuidado de ello
Sus apodos hacen honor a su actitud, los años han pasado, matar a una persona no me afecta como lo haría en un soldado inexperto, pero él parece no distinguir matar a alguien de patear una piedra. Y cuando va al campo, las balas parecen no tocarlo, lo he visto caminar casi sin protección en medio de una batalla y que las balas solo logren rozarlo. Existe el mito de que si al “soldado de hielo” las balas lo tocan se congelan pulverizándose… comienzo a creer que es cierto
Los años nos han pasado buena factura, yo no soy el de antes y el parece ser el mismo, como si nunca envejeciera, su fama de inmortal soldado de hielo a crecido. Muy pocos recuerdan su nombre o su rango. El es simplemente el soldado de hielo, incluso en las líneas enemigas tiemblan si saben que entra en combate. Nunca ha sido derrotado. En la guerra al menos…
Hoy me mandó llamar, suponía que discutiríamos la estrategia de la avanzada prevista para mañana pero en lugar de eso me dijo “siéntate tenemos que hablar” y por primera vez sentí que él había envejecido como yo, y que no era un soldado si no una persona de carne y hueso. Lo miré sin saber que responder cuando me dijo “mañana quédate cerca de mí, uno de nosotros no va a volver y quiero que le lleves mi cuerpo a mis padres, merecen tener a quien llorar” ha sido tan intenso que me he quedado sin palabras, estoy seguro que susurró algo mas palmeándose el bolsillo del uniforme pero en este instante no logro recordarlo, pensé responderle que decía una locura pero no salieron las palabras, se levantó y me sacó de la tienda. Cuando llegué a mi cama había una carta sobre ella, era de mi mujer, estaba embarazada, sería padre…
Sus últimas palabras fueron “tu tenias una razón para volver, yo no”, fue por salvarme, me distraje un momento y degolló al desgraciado que me hubiera matado, pero pagó con su vida su acto heroico. Siguiendo sus deseos arrastré su cuerpo fuera de la batalla. Será enterrado con todos los honores
Hoy le han velado, he charlado con sus padres quienes me han agradecido mi heroica hazaña de rescatarle del campo enemigo, maldición, como no iba a hacerlo si me salvó la vida incontables ocasiones, el no merecía morir allí, no por mi… pero entendí sus palabras, yo tenía una mujer que me esperaba y pronto nacerá mi hijo, también vi una mujer en el velatorio, depositó un libro de tapas negras dentro del cajón antes que lo cerraran, no necesité que me dijeran nada, supe quien era… estaba anotando unas cosas en el libro mientras lloraban a mi amigo, me ha parecido una horrible falta de respeto y a los padres de él también… cuando salíamos logré alcanzarla, me miró con cierta preocupación y trató de murmurarme un agradecimiento por recuperar el cuerpo de él, yo no supe bien que responder, extraje de mi bolsillo una foto vieja y ya bastante deteriorada y se la entregué, di media vuelta y me fui…
Han pasado 40 años, mi primer hijo que lleva su nombre me ha acompañado junto a mis hermosos nietos a ver su tumba, siempre el mismo día, a la misma hora como él me había pedido una ves, pasaron muchos años antes que me enterara que el día que murió, y la hora a la que murió se cumplían 7 años exactos del momento que se había visto con ella por primera vez, hora y día que un año después se tomo una vieja foto perdida en los recuerdos, nunca ellos olvidaron ese día ni esa hora. Como cada oportunidad me he encontrado con ella, que rigurosamente, llueva o truene, como yo acude ese día a esa hora a saludar al querido “soldado de hielo”, ambos después de todo, le debemos nuestras vidas…
Este año solo yo estoy frente a la tumba, mi nieto me ha traído, ella se debe haber reunido con él, tras esperarlo más de medio siglo, finalmente el tiempo la debe haber llevado, y pronto haré lo mismo porque los años han pasado cobrándome caro las vidas que he tomado. Sé que esta es mi última visita, los doctores me lo han dicho así que dejaré mi vieja bitácora como un tributo al hombre mas grandioso que he conocido en mi vida…
Cuando iba a depositarte sobre la tumba he notado lo poco que queda de una viejísima foto que ya es apenas un papelillo blanco y pensé que aun debía escribir algo más, porque aun recuerdo la flamante felicidad de dos jóvenes enamorados celebrando su primer aniversario. Ya nada queda de esa imagen… ni de las letras, que hace medio siglo, el día que sabía que iba a morir escribió tras ella, hasta donde sé, además de esa mujer solo yo las he leído y aunque se han borrado, aun las recuerdo…

“Cuando esta foto regrese a tus manos
Mi vida ya habrá terminado
Y querrás hacer lo mismo con la tuya
Amor, si me amas, no huyas,
Porque yo de ti amor he huido
Y el precio fue en esta vida no estar contigo
Si tú quieres volver a verme en el cielo
Espera que la vida decida que has cumplido tu duelo”

Kevin Heves Maranetto Vranich

22/09/2011

martes, 20 de septiembre de 2011

Besos y amor… Así como una flor...



Como no lo sé… nunca se lo pregunté… pero alguien alguna vez le había dicho que cuando yo besaba el mundo giraba sin sentido y todo podía difuminarse alrededor… el mundo podía desaparecer fuera de lo que mis abrazos envolventes podían contener sin que nada importara… y ella se enamoró de lo que había escuchado, ya que pese a estar con tantos chicos ella nunca había estado con uno que produjera ese efecto tan mágico en ella, ni siquiera las cosquillas en el estomago… nada más que la calidez de los otros labios y el enamoramiento, el deseo, el antojo físico y carnal y adolescente…
Comenzó a sentir celos de la persona que se lo contaba una y otra vez, que solo hablaba de él y de como todo el mundo de aquella chica (puesto que era una chica) giraba en torno de aquel hombre…
No se dio cuenta que sentía tantos celos al principio, pero comenzó a reprocharle como podía hablar siempre de un mismo chico, y narraba una y otra vez sus experiencias con hombres, aquellos que siempre la sacaba a pasear, o el otro que la había llevado siempre a comer afuera, aquel con el que tenia los recuerdos de las noche más ardientes, o aquel que siempre tenía una sorpresa, aquel que tan bien bailaba cuando se presentaba la oportunidad y quizás aquel que tan tiernamente le había dicho las cosas más lindas que ella hubiera escuchado…
Fue así que con el tiempo la pobre joven escuchando los maravillosos relatos de la experiencia de su compañera comenzó a celarla a su vez, preguntándose porque ese hico que tanto profesaba amor no le decía palabras tan tiernas como la que aquel chico había murmurado a los oídos de su amiga (seria una amiga quizás), o porque las noches en compañía de él no eran tan ardientes como al principio, porque no salían cada fin de semana como en los comienzos había ocurrido y su amiga relataba de sus diversos amores… su cabeza poco a poco no pudo dejar de pensar en esto y a mermar sus propios elogios del ser que había llenado de luz su vida…
Día tras días esto taladró su cabeza y con los meses y los años se convirtió en una realidad insufrible, su pareja no la amaba si no era capaz de darle los que las eventuales parejas le daban a su compañera, si un hombre que llevaba años con ella y debía conocer hasta su más intimo secreto no era capaz de preparar una sorpresa o entregarle una flor todos los días de la semana de Valentín (como le había dicho de su ultima relación) que clase de amor sentía el hombre que la acompañaba… y así empezó a despreciarle…
Un día, a fe mía, le dijo que ya no sentía por el lo que antes, que se había enamorado de otra persona (aunque ni ella misma lo sabía con certeza) y terminó dejándole…
Supo que él de verdad la había amado luego de eso, pues lloró amarga su pérdida días y noches enteras, semanas y meses que uno tras otro rogó, suplicó y clamó a cielo y tierra su regreso… pero era tarde, porque demostraba tanto amor ahora si cuando ella había querido salir el no la había sacado, o cuando había anhelado apareciera con una caja de bombones el solo había llegado con las manos vacías, y un beso o un abrazo no podían calmar esa necesidad de atenciones…
Sé también que el en medio de su dolor y su soledad cambió mucho su vida, triste y abatido comenzó a salir como sabía ella le había reclamado, a conocer personas y ver caras nuevas, así la conoció a la otra…
El no sabía que esa muchacha había sido la persona que con sus idas y venidas en el mundo del amor se había enamorado de él, el dueño de los besos que hacían temblar la tierra y tampoco sabía que ella, quizás queriéndolo, quizás inconscientemente, había sido la causante de su larga e irrecuperable agonía…
Bailaron en silencio intercambiando comentarios escasos, ella no deseaba contarle de aquella, no fuera que aun el amor latiera en su corazón como sus ojos parecían transmitir (esa tristeza cálida que hace estremecer el alma) y él, aun dolido como nunca dejaría de estarlo  tampoco había querido mencionarla, no quería saber más de sus aventuras con todos esos hombres buscando… quien sabe qué cosa que él no había sabido darle…
Como esa noche hubo varias, siempre que aquella no coincidía en el mismo sitio porque no se animaban saludarse en su presencia, pero poco a poco fueron encontrando sus huecos y bailaban en silencio, como si se reconfortaran, él en ella se sentía cerca de la persona que había amado, y ella cerca de él no dejaba de añorar esos besos que llegarían tarde o temprano…
Y un día llegaron, bailaban en un sitio apartado, ella ya casi desesperaba por esa sensación y él estaba algo  mareado, un poco confundido, puesto que transmitía a esa chica encantadora el cariño que sus recuerdos de otra traían… y sucedió…
Sus labios se atenazaron fuertemente, un instinto más poderoso que cualquier precepto o conciencia se apoderó de los dos jóvenes, ella impulsada por aquel deseo soñador que buscaba con afán y el empapado de recuerdos de otros labios…
Cuando terminó ambos intercambiaron una mirada confundida, ninguno de ellos encontró aquello que habían buscado, pero sus corazones se comunicaron en un mudo lenguaje que muy pocos saben entender, una charla simple, pura y silenciosa que otra persona había sin querer presenciado…
Ella estaba decepcionada, ese beso no había sido aquel que en labios de su intima amiga se habían descripto, había sido un fuego abrasador como nunca había experimentado, eso era cierto, pero estaba envuelto en un manto frío que estremecía el espíritu, como si buscara el mismo beso darle vida y asesinarle, como si en ese beso ella hubiera transmitido que se había dado cuenta que en su afán de conseguir lo que a su amiga pertenecía ahora estos maravillosos besos ya no serian de nadie…
El simplemente descubrió, que esos labios, como los otros que había besado, no eran los de la persona que el amaba, y le sabían tan amargos como cualquiera
Pero si hubo dos labios que se movieron involuntariamente como di hubieran recibido aquel beso, dos labios que hicieron  su dueña estremecerse en su sitio, pálida y atónita ante lo que veía, dos labios que habían bebido antes de aquellos labios eso que ahora descubría había buscado tantas veces y en tantos hombres… eso que ella no encontraba porque, lo había dejado atrás cuando lo tuvo…
Ellos la vieron a ella, ella los miraba a ellos. Se acercó aun con la expresión tambaleante de quien ha sufrido un terremoto y aun siente las sacudidas aunque todo ya se halla detenido. Miró a su amiga de tantos años atónita, como si le comprendiera todo de repente, de manera silenciosa ella regresó la misma mirada de comprensión, asumiendo sus actos aunque no pareciera servir de nada, él también pareció entenderlo todo…
Cuando ella lo miró, tenía un nudo en la garganta que tomó varios instantes en aflojarse, finalmente solo pudo decir “¿Que fue eso?”
“No fue nada” respondió el convencido mirando a la otra chica, porque es lo que había sido, nada, un beso y nada más que eso, pero comprendió lo que aquella joven pasaba añadió sin rencor “tu ya no estás en mi vida, debo rehacerla”
Algunos escucharon la conversación que hubo aquel día, otros no prestaron atención, pero yo, yo nunca lo olvidaré
-Es tu culpa
-¿Pero porque? ¿Qué hice?
-Fue lo que no hiciste
-No comprendo
-Porqué no llevabas rosas cada mañana como cuando nos conocimos, porqué nuestras noches no eran salvajes como las primeras veces, porqué no me repetías tu amor al oído con tiernas palabras cada vez que nos veíamos y me llenabas de todos los mimos y cariños que el tiempo hicieron escasear entre nosotros, cuando ella los recibía de personas que apenas había conocido, personas que eran poco más que nada en su vida, solo un nombre más… porqué  no fuiste conmigo lo amable que fueron los caballeros que me cortejaron y llenaron los vacios que tu no llenabas…
El la miró profundamente, sus labios se movieron pero no supieron responder, agachó la cabeza comprendiendo al fin porque la había perdido, preguntándose con amargura con qué facilidad hubiera hecho todas esas cosas para retenerla… se sintió culpable del dolor que había sentido… y bajó la vista no pudo mirarla a los ojos… pero la amiga pudo hablar…
-Tú misma sabes la respuesta, la descubriste con esos hombres que como yo te buscan, te cortejan, te llenan de regalos y maravillas solo por los escasos tiempos que les conviene estar contigo, tu sabes que donde el no tenía un ramo de flores siempre tenias un abrazo, donde no tenias una noche de pasión tenias la tranquilidad de que otra mujer no calentaba tu cama, donde no había salidas tenias siempre su compañía en la adversidad, donde no sobraban palabras tiernas tenias un “te amo” sincero… lo que tenías es una de esas cosas que no se pueden comprar como se paga un viaje, una comida, una salida, las flores y el chocolate o las joyas… tu tenías alguien que movía tu mundo, alguien que podía hacer que nada mas fuera importante… y ese vacío es el que por las noches me cuentas entre lagrimas los hombres que has encontrado no llenan… lo se porque también pase por eso y recién ahora comprendo que este camino no tiene regreso… una vez que abandonas lo qeu tienes lo has perdido para siempre…
“Pero el aun puede mover mi mundo” reclamo ella y el asintió, se miraron, se besaron, y lo comprendieron…
Un beso que muere, como una flor, no puede ser revivido, aun su inerte belleza puede ser conservada en los recuerdos, y esos recuerdos pueden en un beso mover el mundo como en una flor causar admiración…
Ella nunca volvería a encontrar otros besos como los suyos, ni siquiera los suyos, y el no podría besar a nadie como a ella, ni siquiera a ella… así como una flor seca no puede dar semillas para que nazcan nuevas flores…
Al menos cuando la besé esa noche yo lo comprendí… ella… creo que ella también…

No lo sé, porque nunca volví a verla…

* * * * *
Las estrellas son hermosas, brillantes e infinitas
He iluminan en las tibias noches todo el firmamento
Cantando melodías a los amantes
Guardando sus secretos y sus deslealtades…
Pero ninguna dará  a tu cuerpo el calor del sol
Ni llevara a tus labios el imprescindible alimento,
Y aunque solo halla uno en todo el cielo
Es él, y solo él, el que te dio el don de la vida…
* * * * *

Kevin Heves Maranetto Vranich

20/09/2011

martes, 13 de septiembre de 2011

Miradas

El y ella se habían querido como pocas personas llegan a quererse, se habían entregado y se habían compartido, terminando por fusionarse como dos que son uno y habían sentido el fuego del amor quemándolos por dentro y buscaban alcanzar ese estado permanente con todo su corazón...

Pero el destino que le gusta jugar con las personas atravesó muchas diferencias entre ellos, los padres de ella no lo querían a él y los de él tenían problemas con ella, los amigos de ella hablaban mal de él y los de él de ella. Con el tiempo la búsqueda de ese amor comenzó a resultar un simple esfuerzo por mantener lo que habían conseguido, hasta que de pronto, uno de ellos no pudo soportarlo y todo terminó.

Ella lo había dejado, si sufrió, si fue feliz, si se lamentó, o si lo superó… solo ella lo supo…

Él vagó con tristeza por estos senderos de Dios, lamentando que había perdido a la luz de sus sueños, pero siguió adelante, se enfocó en su vida, comenzó a conseguir logros, a triunfar como persona. Sabía de ella de vez en cuando, las veces que un amigo se alegraba de que no estuviera juntos por lo que había escuchado de o lo que habían visto…

Y ella sabía de él porque él nunca había ocultado, que en el fondo, nunca la olvidó…

Pasó el tiempo, porque el tiempo siempre pasa, los días se sucedieron en semanas, las semanas en meses y los meses en años… para que una noche, ambos, por el arte de la casualidad, se reconocieran en la distancia en medio de una fiesta…

Él estaba allí, vaso en mano contra una pared, mirándola con leve disimulo, recordando con su pesar que ella le había pertenecido, las noches en que acurrucados calientes en una misma cama se habían jurado el amor eterno…

Ella también lo había visto, no tardó en reconocerlo, en verle solo y sintió dentro de si aquello que le satisfacía, al saberse inolvidable para un hombre, al saber que le había marcado como un hierro al rojo vivo.  Sabiendo, para sí, que él nunca la olvidaría…

Dejo su saco y el pañuelo sobre una silla para exhibir la delicada y suave piel de su cuello y sus hombros, se soltó el cabello y se aproximó a la pista de baile con cierto disimulo, no tardaron ni dos segundos en invitarla a bailar… y bailó…

Bailó toda la noche, con el hombre de negro, con el galán de blanco, con el joven de azul y hasta con el moreno de ojos oscuros como la noche. Bailó ritmos rápidos y ritmos lentos, bailó separada y muy pegada a ellos, sonrío, habló y se enredó en sus cuerpos tibios con una sonrisa que nunca desaparecía de sus labios rojos

Y de giro en giro, de cambio en cambio no le perdía de vista a él, que seguía inmóvil vaso en mano contra la pared, evitando las conversaciones, sin interés en otra mujer que no fuera ella, y ella sonreía pensando, satisfactoriamente “aun está loco por mí”

Y él la miraba distraídamente, pensando que haría ella bailando con él en esa oportunidad, si se movería con esas sutilezas felinas y si tendría con el esos ademanes impetuosos que no dejaban de ocupar sus recuerdos

Finalmente pensó en todo el tiempo que había pasado esperando que ella regresara con él, todas las oportunidades que se habían presentado en su vida y que aquel viejo recuerdo de amor le había impedido aceptar.

Levanto su bebida brindando consigo mismo ante ese pensamiento y murmuró para sí mismo “te deseo lo mejor amor, aunque no sea junto a mí”, termino su licor y fue a retirar sus cosas del guardarropa

– o – o – o – o – o – o – o – o – o – o – o –

Pasillo abajo, ya junto a la puerta de salida, el destino, traicionero, la hizo tropezar con él, se quedaron unos segundos mirándose profundamente, ella lo notó distinto, parecía no ser el mismo que la había observado toda la noche, en sus ojos azules había un brillo diferente… o faltaba un brillo…

Él saludo primero con cortesía, ella respondió el saludo, él sin nada más que decir continuó su camino cuando ella, por primera ves en todos esos años sintió la necesidad de hacer una pregunta…

-¿Por qué me mirabas? ¿Por qué no dejaste de mirarme en toda la noche?

Él se detuvo reflexionando como responder a eso, ni siquiera se giró por completo al hablarr, solo volteó, mirándola de perfil, en su rostro se reflejaba un dejo de tristeza… su vos sonó increíblemente sombría al responder

-Porque no podía olvidarte, ni dejar de pensar en lo mucho que te había amado

Ella sonrío con un gesto suspicaz como si conociera muy bien que esa era la respuesta, aunque hubiera preferido un “aun te amo” era igual. Él aun no la olvidaba, nunca lo haría, ella lo sabía… Estaba a punto de seguir su camino sin despedirse cuando él habló de nuevo…

-¿Y tu sabes porque me miraste toda la noche?

Ella quedo inmóvil, si él se dio cuenta lo disimuló completamente, por la mente de la joven de inmediato cruzo el pensamiento que estaba disfrutando verle sufrir a él por ella, verle tener celos de estar bailando con otros hombres, verle con compasión de que ella había seguido su vida cuando la de él sin ella ya no tenía ningún sentido, pero esos pensamientos los guardó para si, era incorrecto para una dama de su nivel dar semejante respuesta

-En realidad miraba al apuesto caballero que estaba a tu lado, charlé con él cuando te retiraste ¿No habrás pensado que te miraba a ti?

El reconoció la burla en aquella pregunta y evaluó correctamente su respuesta

-Yo no pensé nada, tú sabes a quien mirabas y sabes que no puedes engañarme, la razón que me das para hacerlo es falsa y lo sabes, tan falsa como la razón por la que crees hacerlo y no te animaste a pronunciar en voz alta. Pero la verdad es que tu y yo nos miramos por una misma razón, yo lo he reconocido… y tu no. Porque tu orgullo no te lo permite. Pero descuida de ahora en más solo uno de nosotros continuará con ese juego…

Ella estaba roja de rabia por aquel insulto a su persona, y estaba formulando la mejor forma y la manera más humillante para él de responderle cuando una elegante dama apareció, lo tomó por el brazo y le dedicó un cálido beso en la mejilla dejándole cubierto de carmín, murmurando que ya tenía todo lo que en la ropería había dejado y podían retirarse en ese mismo momento, que le disculpase la demora.

Él sonrío sutilmente, era la primer sonrisa en toda la noche, una sonrisa suave, fina, delicada y elegante, por sobre todas las cosas, franca. Caminó hacia la puerta saludando al recepcionista que le dirigió un alago a la pareja que se perdió escaleras abajo hasta el coche, él le abrió la puerta, la joven subió de acompañante, momentos después el auto se perdía calle abajo bajo la luz de la luna

Y ella se dio cuenta de dos cosas que le hicieron temblar de pies a cabeza

Ella se había quedado mirándole todo el tiempo hasta perderse de vista… pero él, nunca miró atrás…

Kevin Heves Maranetto Vranich

13/09/2011

jueves, 8 de septiembre de 2011

Cruce...

Y se cruzaron el y ella…


-Porque has estado hablando mal de mi
-Yo no he dicho nada de ti
-Sabes bien que si, le has comentado a tus amigas y a tu familia que te trate mal
-Es la verdad porque no lo diría
-Y se puede saber que te hice? Porque me odias? Porque me dejaste?
-Crees que nunca me enteraría?
-Enterarte de qué?
-Cuando me dijiste que ibas a ir a buscar a tus primos al puerto y te vi luego paseando con un amigo y dos mujeres por pleno centro
-Si, ese era mi primo y sus dos hermanas
-Es una escusa, y la ves que saliste para el trabajo y no volviste hasta el otro día? Mi hermana te vio en el hospital charlando con una sexy enfermera
-Ese día me descompuse en el trabajo, pase toda la noche en el hospital en observación y me estaba indicando los cuidados que tendría que tener por unos días
-Y por eso volviste a verla casi toda la semana? Te seguí
-Me hicieron estudios por una semana
-Y la ves que te llamaron por la noche? Escuche la vos de una mujer diciéndote que fueras a verla, saliste a hurtadillas creyendo que yo estaba dormida y llegaste ojeroso por la mañana y te metiste a la cama tratando de no despertarme, crees que no lo noté?
-Si lo recuerdo, mi hermana me llamo desesperada que mi madre se había desmayado y estaba nerviosa, pase la noche tranquilizándola y trate de volver temprano para que no te asustaras y no quise despertarte por mis problemas familiares.
-Y la ves que…
-No sigas… No necesito oír más, me dejaste porque dudaste de mi, hablaste mal de mí porque nunca me amaste, en vez de preguntarme cada vez que sucedía sospechaste y creaste tu propia ilusión de lo que pasaba. Sabía que sucedería cuando ensuciaste tu conciencia con aquellos hombres
-Qué hombres?
-Los de la feria, los que coqueteaste, los que fuiste a ver mientras yo trabajaba
-Yo… No…
-Si, yo pensé que no había sucedido nada, te amaba y me cegó mi amor, ahora comprendo, temías que yo hiciera lo que tú a mí…
-Pero…
-Sigue tu camino, yo no necesito hablar mal de ti, nunca lo haré, tu sabes cómo eres, y se lo mostraras sola a todos con el tiempo
-Yo no quise…
-Descuida, sigue tu camino, yo seguiré el mío, y cada cual encontrara en el suyo lo que merece…
-Pero…
-Una cosa más, no olvides que yo te ame… y en esta vida el don de amar o ser amados, se recibe solo una vez…


Él siguió su camino, pero ella nunca encontró el suyo…




Kevin Heves Maranetto Vranich

08/09/2011