El teléfono
había sonado casi con frenetismo y él perezoso había debido levantarse del
computador a responderlo de mala gana, cuando lo hizo el “hola” salió de una
manera casi gruñona que sorprendió a la persona al otro lado de la línea…
Cuando
ella habló el equipo móvil casi se le resbala de las manos, y sus dedos se
deslizaron instintivamente por sus revueltos cabellos como si pudieran verle,
la sonrisa afloró en su rostro y sus ojos brillaron perceptiblemente, aunque
nadie lo notara, y con un ánimo completamente distante trató de disculparse
inventando alguna escusa, pero su mente había quedado en blanco y nada se le
ocurrió, del otro lado una risa apagada parecía comprenderlo todo y el suspiró
profundamente…
La
llamada fue corta, no duró ni 5 minutos, y al colgar se quedó mirando el
aparato de manera estupefacta ¿Qué rayos hacia ella en la ciudad? No esperaba
verla hasta fin de año en las fiestas cuando venía de pasada por visitar a unos
familiares, sin embargo ya estaba allí… y a las 9 pasaría a saludarle
“podríamos ponernos al día y ver alguna película” había dicho… ¿¡A las 9!? El
sol se había ocultado hacía poco, así que miró con recelo el reloj de la pared…
¡¡8:45!!
El móvil
hizo equilibrio en el reborde del cajón de la mesa de luz, entrando mas por
milagro que por fuerza de la gravedad que lo hubiera hecho estrellarse en el
piso, el joven convertido en un huracán había saltado por sobre la cama
abriendo cajones e introduciendo ropa y otros menesteres en ellos, en dos rápidos
manotazos despejó las superficies de objetos inoportunos y un buzo que llevaba
dos días en el mismo rincón fue un excelente elemento para despolvar de apuro
las cosas de la habitación que parecían provenir de un campo de batalla.
Al
tercer salto sobre la cama se detuvo a emprolijarla y en el siguiente fue directo
al computador haciendo desaparecer cosas de la pantalla y el escritorio casi de
manera instintiva, fue en eso que sonó el timbre y el corazón se le detuvo en
el pecho mientras escuchaba los pazos de su madre que acudía a abrir la puerta,
y dos segundos después reconoció su voz y escucho su propio nombre indicándole que
le requerían en el salón comedor.
Unas
horas después se habían puesto al día como habían quedado, unos compromisos del
padre de ella la habían traído a la ciudad y había decidido acompañarlo para
adelantar su visita a algunos amigos, cuando la noche ya había entrado por
completo y los bostezos comenzaron a
hacerse recurrentes en los padres del joven se fueron a dormir, y ambos muchachos aprovecharon la
oportunidad para acudir a la cocina en busca de bol y otros instrumentos, para
preparar unas apetitosas palomitas de maíz que le acompañaran en las películas
que la noche traería consigo como en ocasiones anteriores, cuando el reloj de
la sala dio la campanada de la una de la mañana ambos jóvenes se tendieron en
la cama del muchacho aun platicando trivialidades y la película comenzó a
correr y poco a poco la charla fue quedando sumida en meros y superfluos
comentarios sobre lo que veían, hasta que el silencio los consumió por completo
más que alguna exclamación ahogada, y el sonido cómico de sus bocas masticando
las palomitas.
Hubiera
sido muy difícil que alguien no notara el nerviosismo del chico muy distante de
las escenas que pasaban en el equipo de video, sus movimientos casi mecánicos
llevaban la comida a su boca, masticaba de manera casi contada cada bocado, y
sus ojos no osaban apartarse un centímetro de la pantalla, quizás por eso no percibió
absolutamente nada…
La
mirada de ella se desviaba regularmente a las facciones de él, es verdad que lo
hacía con delicado disimulo siguiendo la mano distraídamente cada vez que
buscaba más comida, pero él llevaba más de media hora sin siquiera sonreírle y
lo último de lo que habían hablado había sido de la escena previsible que había
realizado el productor al principio del video, ella no pudo evitar un suave
suspiro y le pareció distinguir una mueca, casi una sonrisa en el rostro de él,
y en la confianza que su amistad había depositado en ellos recostó su cabeza
sobre su hombro y sabiendo que no la había mirado una sola vez cerró sus ojos
pensando lo bonito que le hubiera resultado que sus brazos la rodearan para
sentir esa tibieza inocente que emanaba de su piel, pero él no la abrazó, y
poco a poco se fue adormeciendo sin notar que el corazón del muchacho se había acelerado
y su rostro había adquirido un ligero rubor…
Finalmente
él notó que se había quedado completamente dormida, y se quedó dibujando aquella
situación en sus pensamientos un poco más tranquilo, le agradaba aquello,
sentirla tan próxima a él. No siempre se tenían tanta confianza pero eran
amigos desde tiempos que ni valían la pena recordar, tiempos que habían sido
dolorosos para ambos y la amistad que habían conseguido les había entregado un
mutuo y fuerte beneficio haciéndoles salir adelante…
La
película aún no había terminado, y él no tenía sueño, pero cerró los ojos para
poder sentir más delicadamente la leve presión del rostro femenino sobre su
cuerpo, la tibieza que traspasaba la remera sin dificultad, la suave caricia de
su aliento, el sonido de su rítmica respiración, se dejaba arrastrar por
aquellos sentidos lentamente hasta que se atrevió a suspirar…
Ella en
sueños se movió lentamente y el casi muere de los nervios pensando que ella lo
había observado, pero seguía tan dormida como unos minutos atrás, el movimiento
de la chica había sido leve, volteándose hacia él, apoyándose aun más sobre su
pecho, junto a donde ahora descansaba su mano poco por encima de su vientre, así
como las piernas de la chica, siguiendo el giro habían quedado sobre las piernas
del chico, que no pudo evitar un ligero estremecimiento, y su cara pareció
iluminarse de un tono rojo intenso, pero nadie lo vio… Nadie podía verlo y se
permitió suspirar de nuevo mas aliviado, miro por el rabillo del ojo la película
que avanzaba sin ningún interés, no se atrevió a moverse para alcanzar el
control remoto y despertarla, así que la dejó correr y la observó mientras el
cansancio comenzaba a invadirlo, Juntando un valor que él no solía tener le
apartó uno de su largos mechones de pelo de la cara, y con toda la suavidad que
le fue posible le entregó un tierno beso entre sus rizos, murmurando para su
adentros un deseo apagado de jamás olvidar aquel momento…
Quizás
a ella la despertara el resplandor intermitente del equipo que pasaba una y
otra vez el menú de la película, se sintió un poco avergonzada al notar que en
sus sueños se había acercado tanto a él, y que prácticamente lo estaba
abrazando acurrucada a su lado, no supo acertar en qué momento él había cogido
parte de la mantas de la cama cubriéndola a ella para que al refrescar la noche
no sintiera frío, y quizás con ese objetivo o para evitar que la tela se
deslizara, habíase dormido sujetándola, con su brazo sobre su cuerpo, bordeando
su cintura…
Ella
dibujo una de esas sonrisas que solo en sus mas añoradas noches de soledad
imaginando momentos como este dibujaba su rostro, sintió que su corazón era un
pimpollo floreciendo y con sutileza alzó su cabeza para contemplarle
profundamente dormido, era tan tierno observarlo así, tranquilo, calmo, ella lo
conocía muy bien, habíase platicado la historias de sus vidas tantas veces que
al final un día ella logró entender aquel oscuro resplandor en los marrones
ojos del muchacho, aquella daga que en los pasados años una mala joven había acertado
a su corazón y de la cual jamás había podido librarse sin importar cuantas
damas hubieran disfrutado su compañía, ella recordaba a todas y cada una mejor
que el mismo pues había deseado ocupar el lugar de ellas cada vez que le
narraba a través del cable telefónico sus desabridas experiencias con las mujeres,
luego de la última, hacia pocos meses, habíase resignado a que llegara alguien
especial
Y ella
soñaba ser esa persona pero no sabia como decírselo, ni como el podría tomarlo,
las confianzas que había entre ellos hacían a muchos haber entendido mal la
relación que los unía, si el chico había en algún momento sentido algo por ella
sabiamente se lo había ocultado, además era tan tierno con las chicas que parecía
quererlas a todas por igual, pero tan tímido que a ninguna le expresaba sus
verdaderas emociones, y sintió que conociéndole tan bien como lo conocía, era
aun un misterio para ella… y disfrutando de la tibieza y el perfume de su piel
que la cautivaba se animó lentamente a dejar libre su imaginación…
*
* * * * * * * * *
Se
figuró que sutilmente comenzaba con sus dedos a acariciar el pecho de él, giros
suaves y susurrantes para evitar despertarlo, como si quisiera dibujar en su
mente una maravillosa fantasía, en que dormido, él era suyo…
Imaginó
hasta el sutil detalle de sus pies descalzos acariciando los del muchacho,
enroscando sus piernas en las suya con suaves movimientos para que no lo
notara, mientras su mano ascendía ligeramente y dejaba sus dedos enredarse en
sus cortos rizos negros, acariciando con suavidad su mejilla, y sintiendo su
pasión de mujer desbordándose alzaba su cabeza y con tranquilidad depositaba
sus femeninos labios sobre los del muchacho en un roce, en un instante que era
apenas una caricia… y disfrutando que los profundos sueños del chico no le
habían dejado despertar se animó a repetirlo casi sintiéndose osada por su
atrevimiento, y esta vez, algo hizo que su corazón se paralizara, puesto que
aquellos labios habían parecido responder aquel beso…
Se
detuvo un instante para contemplar si el dormía o había despertado, pero estaba
impasible, respirando con normalidad, jamás se había sentido tan atrevida, ni
siquiera en sus fantasías recordaba sentir tan tierna caricia de aquellos
labios, ilusionada con esto besó una vez más aquella boca y esta vez fue
irreprochable, aquel muchacho, dormido o despierto, real o solo un sueño,
estaba respondiendo sus besos y esta vez, no iba a apartarse para comprobarlo.
Dejo
que la caricia la fuera estimulando, y su mano comenzó a acariciar el cuello
del chico, la de él a su vez comenzó a ejercer presión sobre el talle de la
cintura, ella había cerrado fantasiosamente sus ojos para imaginar aquel vivido
estremecimiento que parecía tan real, y al abrirlos se encontró con una intensa
mirada de ojos marrones que parecían atravesarla de parte a parte, una mirada
acariciadora que la quemaba como el fuego de mil infiernos, y que en mudo gesto
rogaba que no se detuviera, y ella no lo hizo ni lo hubiera hecho así
dependiera su vida de ello…
Ella
impulsada por un instinto que no sabía que poseía y por una pasión que jamás
había experimentado con hombre alguno fue cubriendo al muchacho con besos y
caricias colocando su propio cuerpo sobre el de él que solo soltó el talle de
su cintura buscando a tientas en la meza
de luz el control del televisor puesto que en aquel momento la repetida
presentación de la película era un fastidio, quizás no tomo correctamente el
control, quizás apretara un botón equivocado, lo cierto es que en alguno de los
intentos el equipo de sonido se encendió dejando escurrir suavemente una dulce
melodía que envolvía el ambiente, finalmente la pantalla se apagó, y una luz
débilmente azulada dibujo dos figuras queriéndose en la cama
Ella
sentía la tibieza de aquel muchacho de una forma abrumadora, sus manos le
prodigaban caricias que parecían jamás haber sentido su piel, y sin embargo en
tan osada fantasía, o realidad, ya no estaba segura, el parecía detenido ante
sus pensamientos, como esperando que ella dijera que debía hacer, o necesitara
pensarlo al menos ¿Podría ser aquella su más mágica fantasía? ¿Podría estar
teniendo tan fantástico sueño? Parecía tan real y sin embargo era como una
película fantástica detenida en el tiempo…
Dejó de
importarle por completo, fuera real o no, entre caricias permitió que sus manos
se colaran bajo la remera del hombre que tanto la enloquecía, y con una
dificultad que parecía increíblemente real logró quitársela cuando el
abandonando sus caricias alzó los brazos un instante, y como si esto hubiera destinado
una mutua pasión ambas manos se encontraron en roses tiernos quitando la blusa
femenina… a partir de ese momento cada suspiro era un alimento para su
corazones que coordinados parecían latir a un mismo tiempo…
Una a
una las prendas fueron acumulándose junto a la cama, los dedos de ambos muchachos
exploraban la piel del otro con salvaje desesperación, con sutil entusiasmo, y
con suaves deseos compartidos, sus carnes entibiadas por el éxtasi frenéticos
de esos sentimientos parecían reaccionar a tales caricias ardiendo y
dulcificándose…
Como discernir
si de sus labios al encontrarse brotaba un elixir o un veneno, ninguno de los
dos recordaba jamás haber recibido caricias semejantes, ni la ardiente pasión
que parecía tan mutua como si les hubiera esperado desde siempre, como si
sincronizaran cada suspiro, cada roce, cada abrazo, cada mimo, todo en una dulce
sinfonía que sus cuerpos interpretaban con maravillosa perfección…
El
cabello de ella caía sobre él y sobre su espada, donde sus manos se enredaban
disfrutando el aterciopelado contacto, ni en su más salvajes aventuras
adolescentes recordaba jamás haber acariciado piel tan tersa como la que ahora
sus yemas palpaban, sintiendo con cada caricia nueva un fuego interno escocerle
sin control, y mientras besaba su cuello cautelosamente controlando su instinto
mas salvajes se dejo dominar por los más básicos impulsos, y ascendió con sus
labios por su rostros deteniéndose cautelosamente junto a su oído, tratando de
murmurarle que era la persona más feliz que pudiera habitar la tierra, pero no
le salieron palabras, y sus dientes atenazaron con una suavidad sincronizada el
lóbulo de la oreja de la muchacha, eso fue el inicio de una reacción en cadena
inimaginable…
Los brazos
de ambos envolvieron al otro con tanta fuerza que parecía buscaran unirse en
una misma persona, desnudos, el perfume y elixir de sus cuerpos se mescló en la
esencia de un momento que es único, donde el tiempo se detiene y eclosionan
todos los más puros deseos que el amor produce… finalmente, el éxtasis como un
catalizador recorre cada vena del cuerpo, impulsando cada musculo en un estremecimiento
donde dos conciencias pertenecen en un mágico instante a un mismo ser…
Luego,
la relajación es total y absoluta, los besos y las caricias brotan por sí mismas
como desesperadas evitando que aquel mágico momento halla llegado y pasado… y poco
a poco van menguando, hasta dejar hombre y mujer tan enredados uno junto al
otro, con las miradas perdidas en los ojos de su compañero, que parece
imposible saber si sus espíritus han logrado separarse o continúan siendo uno
solo…
Nacen
tantos deseos de convertir en palabra tan frescos recuerdos y sensaciones, pero
ambos saben que no existen palabras que describan aquello y quedan mudos,
ultimando caricias, aplacando los mas íntimos deseos, sabiendo que aquel
instante ha llegado a su fin, un fin que es quizás un comienzo…
Recién entonces
comprenden que fueron tan incautos, que sobre un rincón de la pieza la puerta
permanece abierta iluminada por los reflejos azules del equipo de sonido, se sienten
por primera vez desnudos junto al otro, como si todo lo que ha pasado no
hubiera pasado, y las vergüenza los inhibe y estalla entre ambos en una sonrisa
jovial, franca… y nace un beso, un tierno beso que es, aunque no lo sepan, el
último de esa noche…
El sin
arriesgarse a prender el bombillo de la luz recoge las prendas de cada
uno y en la intima penumbra van separando lo que es de cada quien vistiéndose, cuando
finalmente han terminado algo embarazados por todo lo que ha pasado se miran
semirecostados en la oscuridad…
Él la
mira aun indeciso si pudiera ser esto real como le ha parecido, o solo un
sueño, y acaba creyendo esto último, ella a resultado tan impulsiva como jamás
la había conocido, como si no fuera ella misma, si no una extensión de sus
ardientes deseos de hombre, y venciendo en aquel sueño su timidez alza el brazo
en un gesto sutil para que ella vuelva
acurrucarse a su lado, con su cabeza sobre su hombro, y sin dudarlo la
jovencita acude para sentir una vez más aquel brazo posarse sobre su cintura,
tal y como momentos antes él se sintió ser despertado por aquellos mágicos besos…
*
* * * * * * * * *
Con los
rayos del sol mañanero colándose por la ventana ella se despierta minutos antes
que él, disfruta unos segundos de los
bellos recuerdos del sueño que ha tenido, y mirándolo con dulzura sonríe
preguntándose qué sucedería si el supiese lo que ha soñado esa noche envuelta
en sus brazos…
La mano
de él ya no esta sobre su cintura y ella algo avergonzada aparta la suya de su
vientre, al hacerlo él abre los ojos de manera perezosa, y sonrojándose la
mira, durante un instante le parece ver aquella mirada tan profunda que le
regalo en sus sueños aquellos bellos ojos marrones, pero la sonrisa de él es la
de siempre, trémula, tímida, asustadiza, y en el fondo de aquellos ojos que la
cautivan descansa como siempre aquel reflejo oscuro del miedo y un dolor que
ella maldice no tener la oportunidad de curar…
Murmura
un buenos días, y él responde que ni se dio cuenta cuando se quedaron dormidos,
ella ve una mueca en la comisura de sus labios y sabe que miente, pero es una
mentira inocente, quizás ocultando que ella se durmió antes que él, y se siente
algo avergonzada, no imagina que el recuerda aquel beso que deposito en su
cabeza y el alocado sueño que dormir a su lado le ha provocado…
Se
desperezan suavemente, los padres del chico parece que aun no se han
despertado, en lo lejos canta un pajarito alegrando el amanecer, ella algo
resignada que todo aquello no fuera más que un sueño se levanta calzándose con
cuidado de que el no perciba como le ha avergonzado recordar las caricias que ha
dado y recibido en su fantasioso sueño, toma del piso el pote con las palomitas
que han sobrado y las lleva a la cocina
El
quedando a solas un instante maldice para sus adentros aquella vergüenza que siempre
lo ha limitado a confesarle cuanto la quiere, y el miedo a perder aquello tan
bello que hay entre ambos, sin embargo aquel sueño a parecido tan vivido, tan
real que se encuentra completamente confundido, suspira fuertemente y trata de
emprolijarse levantándose a su vez se dirige al baño para intentar aplastar una
ves mas sus revueltos cabellos, ya de regreso en el cuarto la sorprende
tratando de alizar un poco las revueltas mantas, ella se detiene y lo mira, siente
que sus ojos le dicen algo pero no sabe que es y se voltea…
Como
niños pequeños quedan ambos viéndose reflejados en la oscura pantalla del
silencioso televisor, mientras del equipo de audio parte una tenue luz azulada,
y una dulce y suave melodía que les traía poderos recuerdos de un vivido sueño…
Kevin
Heves Maranetto Vranich
02/11/2011
wow!!! me encantó!! yo q soy tan soñadora me ha pasado varias veces ah! jaja pero no se si a mi compañero tambien, aunq no lo creo porq paro roncando y duermo con la boca abierta o a veces pateo, asi q muy angelical no se me ve. Pero estuvo genial, muy bien escrito.
ResponderEliminarFaby.
jaja buen punto no se me ocurrio que los chicos de la historia roncaran o patearan ja ja, hubiera quedado ocurrente, o quizas x eso se desperto la chica :)
ResponderEliminarmuy bueno a parte de romantico, el vocabulario muy sutil lo cual te invita a imaginarte la situacion lo que lo hace mas exitante, realmente buenissimo!!!!!!
ResponderEliminarNingun escritor en la vida podra igualar el poder de la imaginacion humana, por eso siempre ha sido mas provocativo "insinuar que mostrar" (concepto perdido en la juventud moderna) en el caso de la escritura es el mismo principio, yo solo sugiero por donde va la cosa, y "uno mismo" se vuelve el protagonista agregando los detalles con su mente...
ResponderEliminarseñalo el camino, pero dejo a cada quien andar el suyo :)
muchas gracias por tus palabras