El
celular comenzó a sonar estridentemente sobre la mesa de luz, el hombre abrió
los ojos remolonamente y cuando alcanzó el aparato vislumbró el reloj que
marcaba las tres de la mañana, mientras su mujer maldecía por lo bajo y le
preguntaba quién podría llamar a esas horas de la madrugada, encogiéndose de
hombros para sí mismo y carraspeando levemente respondió, una vos familiar llegó
al otro lado de la línea
-Hola,
disculpa que moleste, no sé bien qué hora es pero…
-Son las
tres de la mañana (lo interrumpió algo molesto)
-Si
bien, quería decirte que lamento no llamar más seguido, pero sabes cómo es la
cosa, mi mujer, los chicos, el trabajo, uno no tiene tiempo para nada y a veces
se olvida de llamar a sus amigos de vez en cuando y preguntarle como están, da vergüenza
que uno se olvide de hacer esas cosas ¿Hace cuanto nos conocemos he?
-Y como
10 años
-¿11 y
tres meses te acordas? El día que te peché por mirar aquella rubia que estaba
divina
-Si me
acuerdo, si no me ayudabas a juntar los papeles te hubiera roto la cabeza
-Si con
la cara que pusiste me di cuenta ¿Que tiempos no? ¿Ya van como tres años que no
nos vemos?
-Casi
4, desde que nació el chico tuyo
-Si
¿verdad? Como vuela el tiempo, siempre que para el cumpleaños de uno el
cumpleaños del otro, que para año nuevo que para navidad y cosa va cosa viene
nunca nos juntamos desde aquella ves que manga de pelotudos
-Y
bueno, si queres nos encontramos ahora el viernes, es el cumpleaños de mi mujer
-¿Si?
Fa que lastima, yo el viernes no voy a poder
-Pero
veni un día de esto y charlamos, no tiene porque ser cumpleaños de nadie, o
decime que día te queda bien y voy yo
-Si
verdad, que boludes esperar las fiestas para encontrarse con amigos de toda la
vida, pero voy a estar complicado,
bueno, son las tres de la mañana me dijiste y seguro estabas durmiendo
-Si…
-Bueno,
disculpa por despertarte, te dejo dormir tranquilo
-Si
bueno, nos vemos
-No
para… ¿Me podes hacer un favor?
-Si
dale, decime…
-Cuando
vengas a verme podes traerme la cajita aquella que enterramos en tu patio ¿Te
acordas? La capsula del tiempo que enterramos de pibes para cuando nos casáramos,
yo la enterré en tu patio y vos en el mío, para no tener la tentación de
sacarlas ¿Te acordas?
-Si me
acuerdo, pero voy a tener que hacer más
de un pozo para sacarla porque no me acurdo bien donde la pusiste
-Abajo del
limonero, un paso a la derecha desde el naranjo, haceme ese favor ¿Si?
-Dale,
nos vemos…
-Nos
vemos, y disculpa la joda a la tres de la mañana…
-Dale
no pasa nada…
Cuando
la línea se cortó su mujer ya estaba durmiendo, se quedó mirando un poco el aparato
y un poco el reloj, luego dio media vuelta y trató de dormir, que diablos le habría
picado a su amigo llamarlo a aquella hora y comenzó a preocuparse.
“Si
hubiera sido algo importante hubiera venido a casa” se decía a sí mismo “son
tres horas de viaje pero si fuera algo importante…”
A las
cuatro menos cuarto estaba con una pala en el jardín haciendo el tercer hoyo
aun en pijamas, un paso de jovenzuelo no era el mismo que el de un hombre adulto
y atinar a la cápsula del tiempo no
había sido igual de fácil, ahora, envuelta en una bolsa plástica para
protegerla de la humedad, la tenía en sus manos y la miró cuidadosamente,
recordaba que dentro solo había unas cartas pero no atinaba bien a recordar
para quienes eran. La dejó en la mesa de la cocina y se fue a acostar de nuevo,
escuchando a su mujer regañarlo por
haber salido al patio a esa ahora a hacer ruido.
A la
cinco se había levantado de nuevo sin poder pegar un ojo, se había vestido y
había cogido las llaves del coche, ya estaba arriba con aquella cajita a su
lado cuando la mujer se asomó en la puerta
-Avisa
que me siento enfermo, hoy no podré ir a trabajar
Y antes
de escuchar una réplica encendió el coche y se marcho, poco después de las ocho
estaba llegando a la casa de su amigo, estaba tal cual la recordaba, los mismos
rosales en un rincón, el mismo tangerino a uno de los lados, la cerca algo
despintada con dos tablas rotas junto a la entrada, estaba todo en absoluto
silencio y no le extrañó, que diablos se le había pasado por la cabeza para
presentarse allí a las 8 de la mañana, estarían durmiendo
Sintiéndose
un poco estúpido y con el paquete bajo el brazo llamó a la puerta, después de
todo lo habían despertado a las tres de la mañana ¿Que tenia de malo
despertarlo a las ocho? Seguramente se llevaría una agradable sorpresa de verlo
luego de tantos años. Pero nadie respondió
-No hay
nadie (indicó un vecino) están en el velatorio de agencia central desde anoche
¿Velatorio?
Las fichas comenzaron a caerle de inmediato, por eso la llamada a la madrugada,
algo había pasado y le necesitaba, quizás hubiera sido el chico, y el tan torpe
lo había mencionado, sintiéndose culpable regresó al coche apresurado y se dirigió
a la dirección que le habían indicado, cuando entró no pensó que su ropa era
informal o que llevaba una caja llena de tierra bajo el brazo que le había ensuciado
un poco la chaqueta, sintió un fuerte alivio cuando vio a la mujer y al niño completamente
abatidos pero vivos, al menos se trataba de algún otro familiar
Se acercó
a la señora y le preguntó donde se encontraba su compañero y ella con los ojos
rojos e irritados hizo un pequeño gesto señalando el cajón
La caja
rodo de entre sus brazos y produjo un ruido sordo en el piso al abrirse, pero
ni se dio cuenta, estaba asomándose para reconocer el lívido rostro de su
querido amigo, frente a él, muerto.
No
estuvo muy seguro quien lo sujetó cuando le fallaron las piernas, alguien le alcanzó
una silla y el pequeño chico que tenía los ojos de él le tendía una caja
abierta, algo tembloroso distinguió dentro dos sobres
“Para
la que sea mi mujer” decía la de más arriba “Para ti” decía la segunda
Sintiéndose
completamente fuera de lugar extendió el sobre que no era para él a su dueño, y
abrió el suyo presurosamente, dentro rezaban unas palabras. Cortas, tiernas e
infantiles
“Amigo
mío, si lees esto es porque me he ido antes que tú ya que prometimos no hacerlo
hasta que el otro se halla marchado, espero haber cumplido mi promesa de
visitarte cada cumpleaños y tú la tuya de visitarme los míos, que no hallamos
hecho como hicieron nuestros padres que la última vez que se vieron se despedían
de un cajón y de un cuerpo sin vida. Y si volvimos a repetir ese error y tengo
un hijo y tú también tienes uno, asegúrate que nunca falte el uno al cumpleaños
del otro. Con cariño, tu amigo”
Cuando
se atrevió a mirar a su alrededor algo mareado aún y con las lagrimas dificultándole
las vista vio otro papel que se le extendía, lo tomó y se atrevió a leerlo
“Amor
mío, aún no te conozco, pero si estás conmigo es porque eres la persona más
especial en mi vida, mi amigo debe estar cerca de ti, el te apoyará en lo que necesites,
lo se porque lo conozco, por eso quiero pedirte que no lo dejes solo, el sufrirá
mucho mi partida tanto como tú, le he encargado una misión ayúdalo a cumplirla,
dale un beso a nuestro hijo de mi parte ¿Tenemos un hijo verdad?”
Con un
hilo de voz se atrevió a preguntar cuando había sucedido
“Ayer
por la tarde” (fue la respuesta) “Ayer, a las tres de la tarde”
Kevin
Heves Maranetto Vranich
09/11/2011
aalgo extraño, si el muere a las tres de la tarde... como es posible que lo llame a las tres de la mañana???
ResponderEliminaresa es esactamente la gracia, el hecho de que sean 12hs esactas es una forma de decirque no es casualidad la hora de la llamada, pero a la ves no llamo el "fisicamente"
ResponderEliminariba a poner que el aparato cunado lo revisaba no habia reistrado ninguna llamada peor me parecio que asi quedaba mas simbolico
NOTA: bajo el limonero, a un paso del naranjo no es algo al azar, tiene un significado escondido, a modo de pista seria "dejando la tierra a un paso del cielo"
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