Era la noche
perfecta, el viento aullaba afuera con silbidos fantasmales y las gotas de
espesa lluvia producían un ruido sordo en el techo del piso superior, las hojas
de madera que debían proteger las ventanas estaban mal cerradas y golpeaban con
un estrépito escalofriante, no podrían haber escogido mejor momento para
explorar la viaja casa embrujada, y como tantos antes que ellos habían entrado
por un escurridizo pasadizo que se ocultaba en un deposito exterior y que salía
en el piso de la alacena en la cocina. Quien lo hubiera construido o con qué
fin era un misterio…
Las chicas
temblaban un poco por el frío dado que las primeras gotas de lluvia que los
habían alcanzado habían sido suficientes para empapar sus ropas, y otro poco
porque aquello era espeluznante, y algo avergonzadas para colgarse del cuello
de los dos muchachas habían optado por confortarse entre sí completamente
atemorizadas.
Ellos por otra
parte no se preocupaban demasiado, si la idea era explorar la casa no tardarían
en separarse y ellas acabarían enredadas amorosamente en sus brazos, tal y como
llevaban mes y medio planeándolo. Aunque ahora, estando allí y sintiendo esa
espectral sensación de que alguien te observa el plan original de separarse
parecía menos alentador que en un comienzo…
Cristian que era un
poco más valiente que Matías fue quien lo sugirió y las chicas exclamaron
horrorizadas lo mala que le parecía aquella idea, aunque en su interior les
parecía terriblemente romántico. Era demasiado tétrico todo como para fantasear
como niñas.
Matías juntó valor
de donde no tenía y sugirió que ambos chicos tomaran caminos diferentes, y que
ellas si tenían miedo se quedaran allí a esperarlos, por supuesto cuando empezó
a caminar rumbo al segundo piso por la desvencijada escalera ya tenía planeado
volverse a mitad de camino si su plan no funcionaba, Cristian que había
entendido la indirecta hizo lo propio dirigiéndose al tétrico comedor rumbo al
pasillo que uniría ese recinto con quien sabe que otro. Las muchachas no fueron
tan listas como para captar lo que había sucedido, pero no eran tan tontas como
para quedarse ambas indefensas allí, y sobre todo, porque ellos habían traído
linternas y ellas no, en menos de lo que tardó en cantar un grillo cada una
había salido corriendo en una dirección diferente y no habían parado hasta
quedar al lado de uno de los chicos. Ellos no pudieron evitar una picara
sonrisa sin siquiera atreverse a mirarlas por delatar sus emociones
Tardaron un minuto
extra en darse cuenta que algo no había salido como lo habían planeado, Leticia
estaba segura de haber corrido en dirección a Cristian y Lina en la dirección
tomada por Mati, y no necesitaron explicaciones para ver en la cara de ellos la
misma expresión de sorpresa. Pero no se les ocurría ninguna excusa para volver
a encontrarse y “cambiar parejas” hubiera quedado todo en una terrible
evidencia y ese no era el plan original…
Quien diría, nada
saldría como en el plan original….
Así que Leticia se
encontró con Mati en el segundo piso algo decepcionada y cabizbaja, anhelando
estar con Cristian, y por debajo de ella Lina sufría la misma angustia por no
tener a Mati a su lado. Sin embargo el chiflar del viento como un aullido
gutural entre las rendijas abiertas de la vieja casa no tardó demasiado en
distraerlas de sus cavilaciones internas, y al igual que los muchachos
alertaron a todos sus sentidos aguzándolos en su máxima expresión, observando
hasta el mas ínfimo detalle de cuanto les rodeaba, un desagradable escalofrío
les indicaba que algo parecía asecharle desde algún rincón oscuro…
Cuando el grito de
Leticia llegó a la planta baja Lina se lanzó inesperadamente a los brazos de
Cristian quien la recibió sin chistar entre ellos. La sentía vibrar de miedo
acurrucada en su pecho, compartiendo la tibia experiencia de ese inesperado
abrazo que reavivó muy viejos recuerdos, de dos niños pequeños que en medios de
juegos infantiles se daban un beso.
Cristian cuando
Lina se apartó de él se aseguró de que el haz de luz de la linterna alumbrara
lo más lejos posible para evitar que mostrara el rubor que había impregnado sus
megillas, ella por su parte lo agradeció silenciosamente evitando demostrar su
propio nerviosismo.
Ni un solo sonido
adicional reveló que podría haber pasado, ella pregunto si estarían bien, el
sin ninguna seguridad afirmó que si, que Mati estaba con ella, que seguramente
se hubiera asustado con alguna rata, o una araña o algo parecido. Sin embargo
que la casa se hubiese quedado en absoluto silencio de pronto calaba sus huesos
más que el frío.
Fue la mano del
chico la que busco la de la chica o al revés es difícil asegurarlo, pero los
dedos se entrelazaron ágilmente como si hubieran estado destinados a ello desde
el momento que habían nacido.
Con paso inseguro avanzaron a la siguiente habitación, deseando en todo momento regresar sobre sus pasos y salir de allí, pero en el fondo de sus corazones comenzó a invadirlos una tibieza que tomaba fuerza por sobre su temor, y el temor de la mano que asía fuertemente la suya les daba una extraña seguridad que no podían definir.
Con paso inseguro avanzaron a la siguiente habitación, deseando en todo momento regresar sobre sus pasos y salir de allí, pero en el fondo de sus corazones comenzó a invadirlos una tibieza que tomaba fuerza por sobre su temor, y el temor de la mano que asía fuertemente la suya les daba una extraña seguridad que no podían definir.
Recorrieron dos
salas más, inmutables, hasta que la linterna dejo ver una puerta semicubierta
por telarañas, algo los llamaba de allí dentro, los atraía como lo hace la miel
a las abejas. Fue Lina, quien juntando valor, o quizás ante la evidencia que su
compañero tenía ambas manos ocupadas, una en la linterna y la otra en su mano,
tomo el picaporte y lo giró, deseando en parte que se hallara trancada con
llave para no descubrir que hubiera al otro lado, sin embargo con un chirrido
la puerta se movió sobre sus goznes y dejo a la vista los desvencijados
escalones que descendían al sótano
De todas las cosas
que hubieran podido hallarse tras aquella puerta esta había resultado la mas
perturbadora, todos los rumores de cuantos antes que ellos habían indagado en las
abandonadas salas de aquel embrujado lugar siempre habían omitido hacer mención
al sótano, todos sabían que existía pero nadie se había jactado jamás de
haberlo hallado. ¿Serían ellos lo primero o aquel sitio escondería algo
inmencionable?
Se miraron a los
ojos, buscaban solamente la respuesta mutua de si avanzarían o regresarían pero
en esas miradas hallaron tantas otras cosas inexplicables que el tiempo pareció
detenerse unos segundos. Él algo inquieto, tratando de regresar sus
pensamientos a Leticia murmuro que debían seguir, ella asintió apartando la
vista inquieta y juntos descendieron por los escalones, cuidando que la podrida
madera no cediera bajo sus pies.
Al llegar abajo el
olor a humedad que impregnaba el aire hacia dificultoso respirar, el ambiente
se hallaba extrañamente caldeado y frío a una misma vez, no era demasiado
espacioso, la luz de la linterna identificó lo que pudiera haber sido una vieja
caldera que aclimataría en otros tiempos la estancia, unas alacenas donde se guardarían
las provisiones y además de varios trastos insignificantes hallábase en una
pared al fondo dibujada una puerta en la pared
La contemplaron incrédulos,
parecía haberse realizado con un trozo de carbón sobre la pedregosa y antigua
pared, y si bien varias manchas de moho y otras cosas desdibujaban otras
superficies el contorno de la imaginaria puerta relucía de manera pulcra.
Sería el instinto o
quizás el destino el que guío sus pasos en esa dirección, no sin tropezar con
alguna de las viejas pertenencias de la casa por el camino. Cristian no pudo
evitar soltar la mano de Lina y posarla sobre el dibujo, la piedra, irregularmente
tibia, tomo un extraño color brillante a sus ojos, y ambos retrocedieron
asustados, tropezando con un raido tapete y cayendo estrepitosamente sobre
otras cosas que abundaban en el suelo, quedaron allí, uno junto al otro
completamente petrificados mirando lo que había sido un dibujo y ahora era una
latente y brillante puerta en la pared. Ambos supieron que si hubieran dicho
alguna vez que les había sucedido allí dentro le creerían completamente locos y
la razón por la que nadie había revelado estar en ese sótano comenzó a resultar
obvia para ellos. Sin embargo, estaban aún muy lejos de la verdad.
Lina sintió
un miedo que la hacía temblar como nunca antes en su vida, pero a su vez sentía
una valentía que nacía desde su corazón, e impulsada por un verdadero instinto
ciego se levanto aprisa, sin escuchar a Cristian que trató de detenerla y giró
el picaporte abriendo la “extraña” puerta de par en par…
Entre ellos y el otro lado había una cortina de aire, como si de cristal se tratase no les permitía traspasar ese punto, allí, al otro lado, una habitación de su infancia mostraba dos niños, ellos mismos, en su inocente ternura dándose el primer beso de sus vidas. Estaban tan absortos y contrariados por lo que observaban que esta vez ni siquiera sintieron vergüenza.
Entre ellos y el otro lado había una cortina de aire, como si de cristal se tratase no les permitía traspasar ese punto, allí, al otro lado, una habitación de su infancia mostraba dos niños, ellos mismos, en su inocente ternura dándose el primer beso de sus vidas. Estaban tan absortos y contrariados por lo que observaban que esta vez ni siquiera sintieron vergüenza.
La luz de esa otra
habitación se oscureció como si una neblina la cubriera todo y los mostro a
ellos mismos, unos años atrás el día que, empujados por sus sentimientos se habían
puesto de novios, y de la misma manera que la anterior una sombra cubrió todo mostrándoles
la escena del día que, disgustados, habían terminado esa relación. Esta vez dos
sombras con forma humana pero irreconocible se metieron entre los chicos de la visión
apartándolos el uno del otro, enredándose entre sus brazos, cobrando casi la
forma de sus amigos Matías y Leticia.
Quedaron
petrificados cuando sus reflejos en la visión se esfumaron dejando la sombra de
sus amigos en esa otra habitación que le observaban directamente, lo que
sucedió después los chicos nunca lo recordaron claramente
Las sombras se
dirigieron hacia ellos, que aterrorizados trataron de retroceder, estaban
seguros que las sombras salieron por la puerta arrojándose sobre ellos, un
resplandor extraño, una oscuridad que lo cubrió absolutamente todo y luego otra
luz… y los gritos desesperados de Leticia y Matías gritándole a sus oídos que
reaccionaran…
Cristian abrió los
ojos primeros y vio a Leticia tratando de hacerle recuperar el conocimiento, Matías
un poco más allá estaba imitándola tratando de despertar a Lina, unos segundos
después reconoció tras ellos la casona abandonada, estaban afuera, junto a la
entrada principal ¿Como diablos habían llegado allí?
Leticia lo beso y a
través del cabello de ella, mientras respondía su efusiva muestra de cariño
notó que Lina lo miraba mientras Matías también reaccionando de la misma manera
se alegraba que ella estuviera bien.
o-o-o-o-o-o-o-o-o
Habían pasado tres años cuando Lina junto a Matías contemplaban a sus amigos entregarse los votos eternos, Dos meses después Cristian, junto a Leticia los observaba a ellos besarse por primera ves como esposos.
A la semana los
preparativos para festejar ambas lunas de miel estaban listos, abordaron en
hora el vuelo que los llevaría a las vacaciones de su vida, al momento que mucho
tiempo habían esperado…
Lina se levantó para ir al lavado, Cristian se levanto tras ella excusándose en ir a buscar a la azafata, Leticia intercambio una mirada preocupada a Matías quien se encogió de hombros y susurro
Lina se levantó para ir al lavado, Cristian se levanto tras ella excusándose en ir a buscar a la azafata, Leticia intercambio una mirada preocupada a Matías quien se encogió de hombros y susurro
-“No te preocupes,
ya es tarde”
o-o-o-o-o-o-o-o-o
Ella no entro al
lavado, y él nunca buscó a la azafata, acurrucados en un apartado se miraron
intensamente, sin saber que decirse, confundidos, temerosos, sintiendo en sus corazones
que habían cometido el peor error de su vida, sin embargo no sabían cómo
ponerlo en palabras…
Fue apenas una
sacudida del avión la que lo arrojó sobre ella, él ni siquiera se disculpo
mientras sentía los frágiles brazos femeninos rodeando su talle, la cabeza de
la joven se apoyo en su pecho y se largó a llorar, él quedó paralizado…
-Te amo (dijo ella)
-Yo también te amo
(respondió el)
o-o-o-o-o-o-o-o-o
Entre los restos
carbonizados del aparato alguien encontró sus cuerpos enredados entre sí,
fundidos en un abrazo que había trasgredido la muerte, el rescatista observándolos
impávido se preguntó curioso, desde lo hondo de su corazón, si se habrían
despedido con un beso en el último momento, o nunca llegaron a hacerlo, y en su
sincera humanidad, deseó que lo hubieran logrado…
28/10/2011-18/10/2011
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